jueves, 31 de julio de 2014

“En cinco minutos levántate María” de Pablo Ramos.

Lo primero que tengo para decir, es que este libro cierra la trilogía que comenzó con “El origen de la tristeza” (ya recomendado en este sitio) y continua con “La ley de la ferocidad” (no leído aún por quien escribe) “pero te falta el del medio” me van a decir. Bueno sí, me falta una parte importante de esta historia casi biográfica que presenta Pablo Ramos, pero “En cinco minutos levántate María” se puede leer perfectamente sin necesidad determinante de sus dos predecesores.
La historia recorre la vida de una mujer que una madrugada de insomnio decide regalarse cinco minutos más en la cama. Es a partir de ahí que comienza un fluir de la conciencia que, en la oscuridad de la noche, repasa toda su vida. Su matrimonio, sus hijos, su trabajo. Los fantasmas van aumentando en el transcurso del relato, haciendo aparecer la nostalgia de una infancia austera pero feliz, de las elecciones tomadas, los errores y el silencio de una mujer sometida por los marcos históricos que le tocó vivir. De esta manera el libro muestra una infinidad de escenas que vivimos o que vivieron nuestros padres y abuelos, pero que aún tenemos arraigadas en nuestra memoria. Los domingos, la familia, la suegra italiana, las peleas políticas, el peronismo, el antiperonismo, el fútbol. Claro que también hay en su vida otro tipo de momentos, y que también son recordados dentro de esos cinco minutos.
Lo asombroso es ver como Ramos se pone en la piel de una mujer mayor, para escribir en primera persona. Es impecable como en ningún momento se corre de ese personaje y logra reflejar sus sentimientos, esperanzas y frustraciones. Ramos escribe desde una mujer, desde la conciencia de una mujer que añora el pasado lejano, y que la vida fue golpeando poco a poco hasta que decide regalarse cinco minutos antes de levantarse.
El libro es duro, profundo y por momentos desgarrador, pero a la vez no pierde lo humorístico ni lo mágico.  Me encontré en más de una oportunidad con ese nudo en la garganta que presagia el llanto inminente, pero que supe contener gracias a que el relato no es sensiblero sino sensible y con giros inesperados nos saca de la situación de quedar como llorones arriba del tren.

Si ya leyeron a Ramos sabrán de lo que hablo, si aún no lo hicieron, les recomiendo que no se pierdan a este escritor que tan bien (y también) nos muestra la vida de un mundo suburbano intenso y emotivo.

Por Mtías Comicciolli. 

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