jueves, 31 de julio de 2014

Que no falte ninguno. (Relato)


Y claro, como siempre al Misil no le dan ni cinco de bola. Lo peor de esto es que cuando vuelva a reinar en nuestro país un régimen con carácter neoliberal y las empresas vuelvan a cerrar sus puertas y la economía sea una fiesta para unos pocos, nadie se va a acordar de este otario que casi nunca se juega el pellejo y casi nunca da un consejo, pa ayudar en lo que sea cuando llegue la ocasión. Y si de ocasiones hablamos, no puedo dejar pasar que gracias al pertinente día que se avecina, vuelven otra vez las dudas, los por menores y las limaduras de asperezas que reinan dentro de un sin fin de actividad que se podrían llegar a realizar, siempre y cuando amerite la concurrencia de comensales prostibularios dentro de un número cuantificablemente aceptables. Pero claro, al pelotudo este, más ahora que tiene rulos, no le vamos a dar la razón jamás. ¿Por qué? Porque dentro de un gobierno democrático, con instituciones incorruptibles y con sistemas económicos que lejos de derivarnos en la más absoluta dictadura del proletariado, hace que la mayoría, por el sólo hecho de ser mayoría, tenga razón. ¡Coma caca señora… miles de moscas no puedes estar equivocadas!
En fin se acuerdan cuando hace nada más y nada menos que un año escribía estas humildísimas líneas para ustedes:
Para cuando? Viernes o sábado? Es una pregunta bastante pelotuda teniendo en cuenta que el día determinado socialmente e impuesto de forma casi obligatoria por todo tipo de actividad económica consumista que rige esta inmunda sociedad capitalista que nos tocó transitar es el viernes pero que a la vez la situación laboral empresarial de muchos de los integrantes de esta paupérrima banda mantiene y sostiene sus actividades persecutorias de bienes económicas los sábados por la mañana la pregunta primigenia de todo este discurso necesario y fatalista toma cierta envergadura ya que para solventar a dichas personas el día o la reunión antes mencionada podría pasarse al día posterior al convencionalmente instaurado y de esta manera poder escaviar como negros hijos de remil puta que somos y si no me para alguien sigo escribiendo hasta que se me gasten les dedos porque no quiero usar comas ni ningún tipo de signo de puntuación
Bueno debido a la injerencia de estas palabras, que lo único que trataban era de poner en una misma condición de igualdad a toda la masa proletaria que integra este grupo de personas, y que sobre todo, no debe nunca olvidar su condición de clase dentro de la estructura previamente determinada por el acceso a la tecnología, la cultura y la educación. Bueno, por ese simple y obsoleto acto de justicia popular recibí las quejas colectivas de más de un miembro del equipo etílico, con proclamas que rezaban: "El día del amigo se festeja el día del amigo" o "No seas papalardo y sentarte en el pelado" y un sin fin de demás obscenidades que caían directamente hacia mi persona y fundamentalmente hacia mi sexualidad, estado civil y gustos intelectuales.
Bien, resulta que ahora dentro del marco  de una estrategia mediática planificada con anterioridad por grupos de inteligencia que todavía se desconoce su paradero, no sólo que se modificaron el tradicional día de festejo, sino que también lo trasladaron hacia el mediodía del día inmediatamente anterior al que se recuerda la desaparición física del queridísimo Negro Fontanarrosa.
Con que tupe los grupo dominantes, por no hablar de sectores de influencia ideológica, logran banalizar las costumbres ancestrales en beneficio propio y con el único fin de perseguir beneficios económicos, anque amorosos.
En fin, esta clase combativa ya se acostumbró a la desazón la tristeza, la injuria, la melancolía, el hastío y el fastidio del manoseo capitalista, imperialista, neoliberal, patronal y sojero de los dueños de los medios de producción.
Pero no importa, ahí estaré, en el galpón que siempre nos cobija, con la barba más larga que la de Gutiérrez, con los rulos más ensortijados que los del Pibe Valderrama, con un peso específico en constante aumento y ganado a fuerza de bondiola al pan y compota de orejones, con una sed de beduino enano y levantando siempre la bandera de los temas con tres acordes, de la ensalada mixta, del inflador a pedal, de no lavarse los dientes después de comer pesto y de olerse los bigotes al final de dos de anchoas.
Gracias a todos aquellos que llegaron al final de estas líneas.

Nos vemos el pre-día del amigo.

Por Matías Comicciolli. 16/7/08 

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