viernes, 4 de julio de 2014

“Diario de Golondrina” de Amélie Nothomb.

“La escritura es el lugar en el que me enamoré de ella.

Este texto se detendrá en el momento exacto de mi muerte.”

¿Cuento largo o novela corta? De las dos maneras se puede calificar al texto de esta autora franco japonesa. En lo que sí no tengo dudas, es en la perfección de su pluma. En no más de 120 páginas se nos cuenta una historia perfecta, con los detalles necesarios para recrear todo un mundo de dolor y pérdida.

El personaje es un muchacho desorientado que luego de una perdida amorosa, cae en una especie de depresión de la cual busca escapar. Para ello no se le ocurre nada mejor que hacerse asesino a sueldo. Aunque parezca mentira, todo esto está narrado en las primeras tres páginas de la novela. Parece increíble… pero además es perfecto.

De esta manera comienza un recorrido sobre los desahuciados sentimientos de un joven que además de matar gente con el sólo fin de estimularse, escucha los discos de Radiohead, encontrando en ello un extraño placer. Su nuevo trabajo lo excita y eso lo convierte en uno de los mejores en la materia.

Claro que inevitablemente aparece un nuevo amor en su vida. Pero no de manera tradicional, sino en  forma de diario intimo. ¿A quién perteneció el diario? ¿Quién escribió sus páginas? Y ¿Qué secretos escondía su autora? Estas son las preguntas que debe contestar Nothomb a través de un personaje aparentemente sin sentimientos y que sólo se rige a partir de impulsos irracionales.

El relato está en primera persona, generando un vinculo directo con el lector (algo que me hace acordar al recientemente leído “Leviatán” de Paul Auster) que en un momento determinado se convierte en cómplice de la dolorosa perdida y desilusión de quien cuenta la historia.

El libro es recomendable para aquellos que no tenemos demasiado tiempo como para emprender una lectura de más de 400 páginas, y por otro lado es una muestra aleccionadora de síntesis y buen gusto que confirma ciegamente que no debemos perder oportunidad de disfrutar a Amélie Nothomb con alguna de sus otra novelas: "Antichrista" e "Higiene del Asesino".

Por Matías Comicciolli

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