martes, 22 de julio de 2014

“El guardián entre el centeno” de J. D Salinger.

Cargada de mitos y leyendas me decidí a leer un clásico de la literatura. Muchos hablan que es una novela “maldita” ya que se le encontró un ejemplar a Mark David Chapman después de asesinar a Lennon. También tenía un ejemplar Lee Harvey Oswald, el supuesto asesino de J. F. Kennedy; y finalmente John Hinkley, que intentó matar a Reagan, se declaró fanático del libro. A partir de todo esto, se cuenta que el FBI está al tanto de cada sujeto que compra “El guardián…” ya que podría ser un potencial asesino.

Con tanta carga maléfica, no podía dejar de probar en convertirme en un Serial Killer. Nada de eso sucedió al finalizar la novela, pero tal vez sea porque en mi país no existe ningún Lennon…

Dejando de lado las leyendas y habladurías, el texto de Salinger me pareció excelente. La historia es simple y está escrita con el tono de un adolescente de 16 años totalmente desesperanzado de su presente y del porvenir.

El joven  Holden Caulfield, el protagonista, es expulsado de su escuela y antes que le llegue la noticia a sus padres decide pasar unos días vagando por Nueva York. Durante esas horas se configura un monólogo interno, casi psicológico, de la visión crítica que tiene del mundo y de la sociedad un adolescente estadounidense de clase media acomodada.

Es increíble como Salinger nos muestra a través de un chico, el repudio a todo un sistema que considera hipócrita, vanidoso y falso. Al mismo tiempo deja ver la crisis que sufre Holden durante el traspaso de la juventud a la adultez, con escenas cargadas de simbolismo metafórico, las cuales connotan la nostalgia y la desilusión de alguien que no quiere abandonar la infancia como emblema de la inocencia.

“El guardián entre el centeno” es justamente esa persona que no permitirá que los niños caigan al vacío de un mundo malvado, falso y cínico. Lo cual equivale a decir un mundo adulto y regresivo. 

Toda esa protección hacia la niñez está representada por el amor incondicional que siente el protagonista por su pequeña hermana Phoebe, quien simboliza de alguna manera su último vínculo con el mundo que está perdiendo.


Creo que la novela de Salinger es tan hermosa como cruel y por eso es imperdible. Quizás la mejor manera de disfrutarla sea en su idioma original ya que la traducción al español hace perder mucho ese modo llano y directo en que sólo un adolescente puede expresarse. Fuera de eso es excelente!!!

Por Matías Comicciolli.

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