jueves, 17 de julio de 2014

“El Doble” de Fiedor Dostoievski.

La había empezado a leer en algún momento, pero algo me hizo abandonarla. Por esas cosas inexplicables, hace algunos días me llamó desde el olvido de la biblioteca. Supo cuál era el momento adecuado para ser leída.

Una novela corta que se lee en no más de tres días. No sólo por su extensión, sino también por lo atrapante del relato. Dostoievski se adelanta unos cuantos años a los estudios freudianos dentro de la psiquiatría y nos presente a un personaje que desdobla su personalidad sufriendo de alguna manera la destrucción de si mismo.

Las exigencias sociales, el bienestar económico, el ascenso de clase, la burocracia y las relaciones laborales son los motores del deseo que llevan al protagonista Goliadkin a crear un doble que cumpla con todos los propósitos y alcance el “éxito”. El precio para eso es sumergirse en un profundo aislamiento del mundo y de si mismo.

El monólogo interior es un recurso que aparece constantemente remarcando la soledad y lo atormentado del personaje. El doble para Goliadkin es aquel que logra todo lo que el propio Golidkin no puede alcanzar. El protagonista se ve en la necesidad de crear a este “otro yo” que en un primer momento aparece como un buen amigo, pero que luego va adquiriendo todo lo malo de la personalidad original de su creador. El doble es amoral, mal educado, cínico y despiadado; mientras que el original no alcanza a comprender como es aceptado y bienvenido allí donde él es expulsado y maltratado.

Así Goliadkin y su doble se convierten en enemigos irreconciliables. Porque ¿qué peor enemigo que uno mismo, al verse frustrado frente a sus propios anhelos?

Corta, simple pero no por aso fácil y superficial. “El Doble” es la antecesora de la novela psicológica por excelencia y se puede poner en la biblioteca junto a “La metamorfosis”, “El retrato de Dorian Gray” y “Doctor Jeckyll y Mister Hyde”, pero nada te garantiza que después de leer todo esto, no te encuentres con la peor versión de vos mismos…


Por Matías Comicciolli.

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