Y claro, como siempre al Misil
no le dan ni cinco de bola. Lo peor de esto es que cuando vuelva a reinar en
nuestro país un régimen con carácter neoliberal y las empresas vuelvan a cerrar
sus puertas y la economía sea una fiesta para unos pocos, nadie se va a acordar
de este otario que casi nunca se juega el pellejo y casi nunca da un consejo,
pa ayudar en lo que sea cuando llegue la ocasión. Y si de ocasiones hablamos,
no puedo dejar pasar que gracias al pertinente día que se avecina, vuelven otra
vez las dudas, los por menores y las limaduras de asperezas que reinan dentro
de un sin fin de actividad que se podrían llegar a realizar, siempre y cuando
amerite la concurrencia de comensales prostibularios dentro de un número cuantificablemente
aceptables. Pero claro, al pelotudo este, más ahora que tiene rulos, no le
vamos a dar la razón jamás. ¿Por qué? Porque dentro de un gobierno democrático,
con instituciones incorruptibles y con sistemas económicos que lejos de
derivarnos en la más absoluta dictadura del proletariado, hace que la mayoría,
por el sólo hecho de ser mayoría, tenga razón. ¡Coma caca señora… miles de
moscas no puedes estar equivocadas!
En fin se acuerdan cuando hace
nada más y nada menos que un año escribía estas humildísimas líneas para
ustedes:
Para cuando? Viernes o sábado?
Es una pregunta bastante pelotuda teniendo en cuenta que el día determinado
socialmente e impuesto de forma casi obligatoria por todo tipo de actividad
económica consumista que rige esta inmunda sociedad capitalista que nos tocó
transitar es el viernes pero que a la vez la situación laboral empresarial de
muchos de los integrantes de esta paupérrima banda mantiene y sostiene sus
actividades persecutorias de bienes económicas los sábados por la mañana la
pregunta primigenia de todo este discurso necesario y fatalista toma cierta
envergadura ya que para solventar a dichas personas el día o la reunión antes
mencionada podría pasarse al día posterior al convencionalmente instaurado y de
esta manera poder escaviar como negros hijos de remil puta que somos y si no me
para alguien sigo escribiendo hasta que se me gasten les dedos porque no quiero
usar comas ni ningún tipo de signo de puntuación
Bueno debido a la injerencia de
estas palabras, que lo único que trataban era de poner en una misma condición
de igualdad a toda la masa proletaria que integra este grupo de personas, y que
sobre todo, no debe nunca olvidar su condición de clase dentro de la estructura
previamente determinada por el acceso a la tecnología, la cultura y la
educación. Bueno, por ese simple y obsoleto acto de justicia popular recibí las
quejas colectivas de más de un miembro del equipo etílico, con proclamas que
rezaban: "El día del amigo se festeja el día del amigo" o "No
seas papalardo y sentarte en el pelado" y un sin fin de demás obscenidades
que caían directamente hacia mi persona y fundamentalmente hacia mi sexualidad,
estado civil y gustos intelectuales.
Bien, resulta que ahora dentro
del marco de una estrategia mediática planificada
con anterioridad por grupos de inteligencia que todavía se desconoce su
paradero, no sólo que se modificaron el tradicional día de festejo, sino que
también lo trasladaron hacia el mediodía del día inmediatamente anterior al que
se recuerda la desaparición física del queridísimo Negro Fontanarrosa.
Con que tupe los grupo
dominantes, por no hablar de sectores de influencia ideológica, logran
banalizar las costumbres ancestrales en beneficio propio y con el único fin de
perseguir beneficios económicos, anque amorosos.
En fin, esta clase combativa ya
se acostumbró a la desazón la tristeza, la injuria, la melancolía, el hastío y
el fastidio del manoseo capitalista, imperialista, neoliberal, patronal y
sojero de los dueños de los medios de producción.
Pero no importa, ahí estaré, en
el galpón que siempre nos cobija, con la barba más larga que la de Gutiérrez,
con los rulos más ensortijados que los del Pibe Valderrama, con un peso
específico en constante aumento y ganado a fuerza de bondiola al pan y compota
de orejones, con una sed de beduino enano y levantando siempre la bandera de
los temas con tres acordes, de la ensalada mixta, del inflador a pedal, de no
lavarse los dientes después de comer pesto y de olerse los bigotes al final de
dos de anchoas.
Gracias a todos aquellos que
llegaron al final de estas líneas.
Nos vemos el pre-día del amigo.
Por Matías Comicciolli. 16/7/08
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