“La
escritura es el lugar en el que me enamoré de ella.
Este texto
se detendrá en el momento exacto de mi muerte.”
¿Cuento largo o novela corta? De las dos maneras se
puede calificar al texto de esta autora franco japonesa. En lo que sí no tengo
dudas, es en la perfección de su pluma. En no más de 120 páginas se nos cuenta
una historia perfecta, con los detalles necesarios para recrear todo un mundo
de dolor y pérdida.
El personaje es un muchacho desorientado que luego de
una perdida amorosa, cae en una especie de depresión de la cual busca escapar.
Para ello no se le ocurre nada mejor que hacerse asesino a sueldo. Aunque
parezca mentira, todo esto está narrado en las primeras tres páginas de la
novela. Parece increíble… pero además es perfecto.
De esta manera comienza un recorrido sobre los
desahuciados sentimientos de un joven que además de matar gente con el sólo fin
de estimularse, escucha los discos de Radiohead, encontrando en ello un extraño
placer. Su nuevo trabajo lo excita y eso lo convierte en uno de los mejores en
la materia.
Claro que inevitablemente aparece un nuevo amor en su
vida. Pero no de manera tradicional, sino en
forma de diario intimo. ¿A quién perteneció el diario? ¿Quién escribió
sus páginas? Y ¿Qué secretos escondía su autora? Estas son las preguntas que
debe contestar Nothomb a través de un personaje aparentemente sin sentimientos
y que sólo se rige a partir de impulsos irracionales.
El relato está en primera persona, generando un vinculo
directo con el lector (algo que me hace acordar al recientemente leído
“Leviatán” de Paul Auster) que en un momento determinado se convierte en
cómplice de la dolorosa perdida y desilusión de quien cuenta la historia.
El libro es recomendable para
aquellos que no tenemos demasiado tiempo como para emprender una lectura de más
de 400 páginas, y por otro lado es una muestra aleccionadora de síntesis y buen
gusto que confirma ciegamente que no debemos perder oportunidad de disfrutar a
Amélie Nothomb con alguna de sus otra novelas: "Antichrista" e
"Higiene del Asesino".
Por Matías Comicciolli
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