jueves, 25 de septiembre de 2014

“Quiet City” de Aaron Katz

Esta es una de esas películas que si no te la recomiendan, es complicado que te lleguen. Son esos film que entran en la denominación “Indies” y que no tienen un circuito comercial muy extenso.
“Quiet City” es la segunda película de Aaron Katz, un joven realizador estadounidense (natural de Portland, Oregon) a quien le encanta filmar relaciones humanas en ciudades vacías y con cámara en mano. Este es todo el montaje que nos presenta esta peli.
Una chica llega a la estación de Brooklyn buscando a una amiga que nunca llega. Pide ayuda para orientarse a un joven desconocido, de quien no va a separarse durante las siguientes 24 horas. Todo esto es simplemente el argumento con que se vale Katz para contar su historia. Simple; la pareja de recién conocidos comienza un largo y apático recorrido por toda la ciudad mientras hablan banalidades y practican actividades como tomar café, cortarse el pelo, correr en la plaza, visitar una galería de arte y conocer algunas personas. Poco? Sí, no hay un gran argumento. Importa?
Esto ya la vimos en “Antes del amanecer”, en su secuela y en cierta forma, con un tono más musical, en “Once”. Entonces; A dónde llega la recomendación? En que me encantan este tipo de películas en donde se logra contar con nada, algo tan grande y amplio como son las relaciones humanas.
La película no es más que eso: un pedacito de la vida de dos personas que deciden caminar juntos, por una ciudad que por momentos los ignora totalmente.
Además de usar recursos escasos, a nivel realización, el director se vale de actores no profesionales para mostrar lo que pasa. Ambos están muy bien, pero en lo personal creo que ella (Erin Fisher) tiene momentos verdaderamente cautivadores (además de ser poseedora de un seductor tono de voz) Esto posiblemente lo opaque un poco a el (Chris Lankenau) quien nunca deja su pose de apático derrotado. Lo que rescata esta ambigüedad es la química que se genera entre ellos dos, quienes a través de conversaciones simples y lugares comunes (en el mejor de los sentidos) nos muestran la identidad de cada uno de los personajes.
Se enamoran? Quién sabe. La conclusión dentro del cine “indie” no es un problema a resolver. La eficacia recae en como se logra mostrar, con este tipo de línea narrativa, los sentimientos de los protagonistas.

El último plano de  “Quiet City” es una hermosura!!!

Por Matías Comicciolli.

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