martes, 16 de septiembre de 2014

“Matar un ruiseñor” de Harper Lee.

“Coraje es cuando eres golpeado antes de comenzar pero,
 sin embargo, comienzas y continúas con tu tarea no importa lo que suceda".

La novela se publicó en 1960 y hasta el día de hoy creo que se sigue disfrutando como si sus páginas no hubiesen envejecido. Quiero decir que goza de una actualidad y belleza sólo equiparable al de los grandes clásicos de la literatura mundial. Y de esta manera es como llegó a mis manos. Escuché hablar tanto y vi tantas referencias y homenajes a esta historia que no pude aguantar no leerla.

Trata de los acontecimientos sucedidos a lo largo de tres años, en un pequeño pueblo de Alabama durante la Gran Depresión. El tema es que todo está contado a través de los ojos de una niña de seis años, la pequeña Scout Finch. Ella vive en una elegante casa junto a su hermano Jem y a su padre Atticus. Alrededor de ellos se contará la historia del pueblo, de sus habitantes y de los distintos conflictos que aquejan a la sociedad estadounidense en general.

La novela podría separarse en dos partes. La primera, como una clásica novela de aventuras juvenil, donde los niños protagonistas deciden develar lo que esconde una casona y su misterioso habitante. Esto sirve como presentación del resto de los personajes y nos muestra las prácticas y costumbres de la vida cotidiana del pueblo de Maycomb. En la segunda parte, la autora presenta un universo mucho más adulto, cargado de una fuerte crítica social, el cual se desarrolla durante el juicio en defensa de un negro.

De esta forma Lee aborda temas polémicos como la desigualdad racial, la violación de Derechos y los conflictos sociales imperantes en la década del 30 en el sur de los Estados Unidos. Los distintos tipos de clases se ven bien determinadas y el trato de los blancos a los negros es un constante durante todo el relato.

La prosa es fluida y llevadera, cargada de la ironía, el humor y el sarcasmo característico que sólo puede brindar la perspectiva de una niña de seis años. Las descripciones minuciosas son otra herramienta que la autora utiliza con el fin de graficar cada escena de un modo casi cinematográfico. Esta última característica nos mete de lleno en un mundo en pleno proceso de transformación social, sin perder lo entretenido y brillante de una historia realista y fascinante.


No sé si todos los considerados “clásicos” son tan recomendables como “Matar un ruiseñor” de Harper Lee. Lo que sí estoy seguro es que al finalizar de leerlo uno se siente a gusto, feliz por no haber dejado pasar semejante novela, y satisfecho por tener en sus manos el poder de encomendar leerlo en cualquier momento de la vida.

Por Matías Comicciolli.

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