viernes, 12 de septiembre de 2014

“Los invertebrables” de Oliverio Coelho.

Sigo metiéndome en el mundo de las trilogías. Esta vez es el turno de la saga compuesta por “Los inverteblables”, “Borneo” y “Promesas naturales”. Bien, los dos primeros los conseguí rápido y sin caminar demasiado. El tercero y último, aún no lo tengo y supongo que su conquista me llevará a pasar largas tardes de patear y preguntar en viejas librerías (Buen programa eh!)
Pero el principio es el principio y “Los inverteblables” es el que nos compete en este caso. Hablo de una novela corta ambientada en un mundo atemporal y post apocalíptico. Ojo, no salgan corriendo que no hablamos de la clásica ciencia ficción. En este caso, estos detalles funcionan simplemente como entorno y marco de la historia. Es la herramienta que utiliza Coelho para colgar el relato “fantástico” dentro de un mundo “real” (o viceversa, ya que también podríamos decir que dentro de un posible mundo “fantástico” se cuanta una historia “real”)
El texto en si implica a un lector atento y experimentado, ya que cada oración, cada palabra y cada frase están colocadas, armadas casi con la obsesión de un perfeccionista. Cada una de ellas se van encastrando como en un tetris literario, con una justeza poética que hace de la lectura un verdadero deleite. Casi inadvertidamente la historia va tomando forma dentro del laberinto, pongámosle kafkiano, que plantea Oliverio. Dentro de ella encontramos la desdichada vida de tres seres indefinidos e indeterminados que intentan salir de su letargo adoptando a una mujer (¿?). Premisa que invita incondicionalmente a seguir con la lectura.
Luego, todo se irá desarrollando con una visión única, atravesada por burocracia estatal, procesos institucionales, identidades alteradas,  personajes monstruosos y metamorfosis inadvertidas. No por nada hablo de laberintos kafkianos!!!

Ahora es el turno de “Borneo”, la segunda parte. Veamos de qué se trata.

Por Matías Comicciolli

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