jueves, 21 de agosto de 2014

“La araña vampiro” de Gabriel Medina.

Algunas veces también se trata de un poco de suerte. Había escuchado que la película de Medina había salido premiada en el BAFICI, al igual que su protagonista Martín Piroyansky. Desde ese momento la tuve en mi lista de pendientes. Hasta que una mañana, en la que no me encontraba muy bien de salud, prendo la tele y descubro que en el gran canal I-Sat está por comenzar la película que hacía tanto quería ver. Suerte? Coincidencia? No lo sé, pero el contexto no podría haber sido mejor.

Jerónimo es un joven algo paranoico y que padece ataques de pánico. Viaja con su padre, Alejandro Awada, a una pequeña cabaña rodeada de sierras y un espeso bosque. Teóricamente ese sería el entorno ideal para reconstruir el vinculo padre hijo a la vez de solucionar el tema del pánico. Nada más lejos de la verdad. En la primera noche el joven sufre la picadura de una araña, la cual aparentemente es mortal. Según los lugareños la única forma de salvar su vida es ser picado por otra araña de la misma especie.

Aca comienza el periplo del héroe, o deberíamos decir del anti héroe. Un largo recorrido (por algunos momentos largísimo) por sierras, ríos y bosques con la sola compañía de un guía alcohólico aún más paranoico, delirante y misterioso que el protagonista.

Con esta pequeña historia y una actuación excelente de Piroyansky, el director logra no solamente reflejar, con muy pocos diálogos, los cambios que va sufriendo el personaje hasta llegar a una instancia de conversión total a lo largo de su arduo y penoso camino, sino que también consigue mezclar una serie de géneros como el terror, el drama y la comedia, que hacen de la película algo muy original.

Pienso que igualmente no es una película fácil, o “para cualquiera”. Como dije antes, hay mucha cámara en mano, poco diálogo, escenas largas y lentas. En fin, como son las características del cine independiente, pero a la vez cuenta con excelentes escenarios naturales, una muy buena banda de sonido y un conjunto de muy buenos actores que incluye a los mencionados Piroyansky y Awada junto a  Jorge Sesán como el guía y a Ailín Salas como una joven enigmática y de pocas palabra que gana el corazón de Jerónimo y le muestra el camino de su salvación a través de una búsqueda interna.

“La araña vampiro” de Gabriel Medina es una de esas películas que se disfrutan como un hallazgo, a pesar de que tuvo una amplia difusión debido a sus múltiples premiaciones y que dan aún más gusto verlas cuando se las encuentra casi de casualidad por algún canal de cable. Dudo que alguna vez se pase por aire, pero bien vale la pena el esfuerzo de buscarla. No defrauda y entretiene.


Por Matías Comicciolli.    

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