viernes, 15 de agosto de 2014

“Inside Llewyn Davis” de Ethan Coen y Joel Coen.

No siempre es garantía de confianza la dupla de los hermanos Coen, pero en este caso me llevé una más que grata sorpresa. “Balada de un hombre común” como se llamó en castellano, es una gran película que genera una fuerte empatía con aquel espectador que posea cierto acercamiento con la música, y que a la vez puede ser del goce de todos.

Excelente fotografía, muy buenas ambientaciones, hermosas canciones y destacadas interpretaciones hacen de esta pequeña historia circular una joya sin desbordar ambiciones desmedidas. Lo importante es contar un cuento y contarlo bien. Que sea bello a pesar de la tristeza del relato.

Llewyn Davis es un solitario cantante folk de principios de los 60´s. Sin que aún haya despegado su carrera, el muchacho se halla con su compañero de dupla suicidado, su aventura de una noche embarazada, sin un centavo, y con la tutela de un gato ajeno a cuestas. A pesar de todo este cantante guitarrista decide seguir adelante buscando el “éxito” donde sea.

Los Coen nos muestran una atmósfera sombría. Los días siempre son grises como la vida del protagonista y su entorno. Los problemas se suceden a lo largo de una semana, en donde cualquiera que no esté convencido de lo que hace hubiese abandonado todo. A pesar de ello él siempre sigue adelanto agotando hasta la última chance de oportunidad, caminando a través de la nieve con su estuche, su sobre todo y su gato (que no es “su” gato).

Destaco sobre todo la atención que se le puso a todas las escenas donde se canta y se toca la guitarra. Muchas veces este tipo de películas son encaradas con actores que “hacen” que tocan los instrumentos. En este caso Oscar Isaac nos muestra solidez tanto en lo vocal como a la hora de tocar la viola. El reparto también acompaña la desdicha de Davis con una Carey Mulligan demandante y pica bocho y un John Goodman grandilocuente, intolerante y soberbio, sobre todo frente al incipiente movimiento folk noyorquino.

“Inside Llewyn Davis” tal vez no quede entre las grandes obras de estos directores, pero sin dudas tiene todos los condimentos que esperamos, disfrutamos y que ya son su firma y su sello. Después de desilusiones como “Quémese después de leerse”, los hermanos Coen vuelven a subir algunos casilleros en mi ranking personal con esta película que además tiene un excelente soundtruck.


Matías Nicolás Comicciolli.    

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