lunes, 4 de agosto de 2014

“Escupiré sobre vuestra tumba” de Boris Vian.


“Escupiré sobre vuestra tumba” mantiene la locura e irreverencia que ya nos tiene acostumbrados la obra del amigo Boris Vian. Pero en este caso, esa locura no es un divague surrealista como en “La hierba roja” (comentada también en este sitio) sino un profundo drama de violencia, sexo y muerte.
Lee Anderson es un joven atractivo que oculta sus raíces negras, con el fin de evitar la discriminación. Su apariencia blanca lo ayuda para lograr mezclarse entre los blancos y para poder alcanzar su venganza contra.
Casi de un modo obsesivo Lee planeará su plan, mientras disfruta de jornadas de sexo y alcohol con mujeres y amigos. Las adolescentes y las canciones no se quedarán afuera del menú de Lee. En medio, encontramos todos los detalles iconográficos de una juventud a la que sólo le importa la música, los autos y el dinero.
La violencia recorre los capítulos en todos los sentidos. Desde los golpes de puño, hasta los insultos, las violaciones y los abusos a menores de edad. Estos detalles hacen que nunca logremos una total empatía con el personaje, y nos preguntemos continuamente si sus fines justifican los medios que utiliza.
La novela se publicó en 1946 logrando un gran alboroto debido a lo extremo de su contenido. En el 48 fue prohibida por “ultraje a la moral y a las buenas costumbres”. Razón más que suficiente para leerla!!!
En fin, hoy por hoy, la historia perdió un poco de esa trasgresión, pero no deja de ser una denuncia a una sociedad escondida en sus propios vicios.

Otra de las maravillas de “Escupiré sobre vuestra tumba” es que si te gustó esta historia de racismo y venganza y te encariñaste con Lee Anderson y su pasado oculto, podes seguir leyendo sobre él en “Todos los muertos tienen la misma piel”, una especie de continuación donde el personaje escapa a través de bares y prostíbulos de un asesinato que no sabemos hasta el final si cometió o no.

Por Matías Comicciolli.

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