“Cuando el
padre muere –escribe-,
el hijo se
convierte en su propio padre y en su propio hijo.
Mira a su
hijo y se ve a sí mismo reflejado en su rostro.
Imagina lo
que el niño ve cuando lo mira
y se siente como si interpretara el papel de
su propio padre.”
A esta altura recomendar por este sitio un libro de
Auster es algo habitual. Pero no podemos dejar de hacerlo. Sobre todo cuando se
trata de su primera historia publicada en prosa. Y para ello no eligió una
ficción así nomás, sino que se basó en su propia historia personal y sobre todo
en sus sentimientos más íntimos.
Podría afirmarse que es un libro autobiográfico, pero
creo que es más que eso, ya que no se
encarga de acumular datos a partir de la vida de quién escribe, sino que se
utilizan detalles de la realidad como vía, como vínculo y como medio.
Fundamentalmente podría decir que se aborda un tema tan universal como lo son
las relaciones entre un padre y un hijo y lo difícil que resulta la convivencia
con uno mismo, cuando el papel que representamos es tanto el del padre como el
del hijo.
“La invención…” se divide en dos capítulos que
funcionan también como partes individuales del mismo relato. En el primero de
ellos, “Retrato de un hombre invisible”, el autor trata, luego de recibir la
noticia de la muerte de su padre, de recrear, rearmar su vida con los distintos
objetos que va encontrando en la casa del recién fallecido. De esta manera va
tejiendo toda una serie de perfiles que conforman la figura de su progenitor.
En la segunda parte, titulada “El libro de la
memoria” considero que tiene más bien un tono de ensayo. En él, Auster, trata
de demostrar las distintas maneras de reconstruir el pasado mediante la
literatura y escritura utilizando como herramientas los hechos y circunstancias
guardados en nuestra memoria.
La muerte, la memoria, y el tiempo son los pilares en
los que se apoya la “novela” para dar cuenta de la vivencia de ser padre e hijo
y de cómo somos influenciados, e influenciamos, a un destino teñido de
recuerdos que se guarda en algún lugar y que se dispone a salir de las
profundidades cuando nos inunda una ausencia irreparable. Porque simplemente se
trata de la forma o de la manera que encontramos, en este caso la escritura, de
preservar la memoria y vencer a la muerte.
No voy a decir que es un libro por demás
recomendable, por no decir de lectura obligatoria. No lo voy a decir ya que de
lo contrario tendría que hacer mención sobre el fanatismo que me inunda cada
vez que tengo entre mis manos un libro de Paul Auster. Y no lo voy a hacer. Por
el contrario, voy a sugerir que si alguien de los que lee esta breve reseña aún
no disfrutó nada del mencionado escritor, “La invención de la soledad” es
perfecto como libro de iniciación hacia su literatura.
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