Simplemente con leer el reparto, ya dan ganas de ver
de qué se trata “Hesher”. Hablo de Joseph Gordon-Levitt, Natalie Portman, Rainn
Wilson y el joven Devin Brochu. Quienes son dirigidos por primera vez por la
debutante Spencer Susser (para tener en cuenta)
Un padre y un hijo se encuentran destrozados luego
del accidente en donde fallece la esposa y madre de ambos. Inmediatamente deciden
mudarse a la casa de la abuela donde comienza una especie de letargo y apatía
que los sumirá poco a poco en una profunda depresión. Para sumar algún
problema, el niño T.J (Brochu) se ve sometido a los golpes de un matón en la
escuela, mientras descubre el amor en la cajera del supermercado (Natalie
Portman) que lo salva de una golpiza asegurada. El padre, Paul (Wilson), vive
drogado por anti depresivos, dejando todo en manos de la abuela Madeline (la
excelente actriz Piper Laurie) quien no se encuentra en condiciones de llevar
adelante tanto dolor y angustia.
Así, lo que fuera una familia feliz, se desdibuja en
algo parecido a un infierno cotidiano.
Rápidamente y sin necesidad de explicar el cómo y el
por qué, entra en sus vidas el joven Hesher (Gordon-Levitt) que no pasará
desapercibido y que se encargará de despabilar distintos tipos de sentimientos.
Hesher es el personaje central de la película sin
necesidad de ser el protagonista principal. Marca los interrogantes que llevan
adelante la historia, que en definitiva es lo que hace funcionar los engranajes
de una narración que elude y evita algunos tipos de explicaciones y
aclaraciones. No sabemos mucho de él ni de su pasado, no sabemos lo que
pretende ingresando abruptamente en una familia desconocida ni cuáles son sus intenciones.
Se mueve por la casa y por la historia sembrando los “porqués” y las preguntas
mientras nos cuestionamos su verdadero rol con cada personaje.
Eso es lo que iremos descubriendo con el transcurso
de los minutos y lo que creo hace excelente al film. Los personajes son
llevados a un extremo donde se configura un dialogo permanente entre el humor
negro y ácido con el drama agresivo y sentimental. Todo sin perder el interés
en los detalles ni en la construcción de las relaciones.
“Hesher” de Spencer Susser es una película que no
aburre ni cansa. Nos mantienen atentos porque queremos saber qué se esconde
detrás de cada personaje y de su historia. Nos hace preguntar de qué es capaz
una mente desequilibrada y si es posible que alguien así pueda ayudar a mitigar
un profundo dolor. Además todo condimentado con algunas exquisitas melodías de
heavy metal. Más no podemos pedir!!!
Por Matías Comicciolli.
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