La película llegó a mis manos por una recomendación
especial. La tapa por sí sola no me dijo demasiado, pero cuando leí que su
director era Soderbergh no tuve dudas que tenía que verla. Luego me enteré que
aparentemente con este film, el director, se estaría despidiendo de la pantalla
grande. Una pena ya que tenía en su haber películas muy buenas como “Shame”, “Traffic” o “Che: El argentino”.
“Efectos secundarios”, tal cual el nombre en
castellano, se puede definir como un thriller psicológico con una clara
denuncia social y una historia “de amor”? que podría haber sido evitable.
La actriz Rooney Mara encarna el papel de Emily, una
joven que al salir su esposo de la cárcel, cae en una profunda depresión e
intenta suicidarse. Por esta razón su psiquiatra, el doctor Banck (Jude Law),
comienza a recetarle una indiscriminada lista de medicamentos, los cuales
provocan algunas consecuencias secundarias. Claro que Soderbergh no es ningún
improvisado y se encargó de poner en la primera escena la semilla de la duda y
la intriga con un departamento ensangrentado en piso y paredes.
Hasta aca el thriller psicológico. Mientras se cuenta
y se detalla la adicción de Emily a los ansiolíticos se desprende de la
historia la denuncia social debido al indiscriminado uso de psicofármacos por
un alto porcentaje de la población estadounidense. El abandono, la soledad y la
frustración se aplacan, se solucionan, con pastillas mágicas que levantan el
ánimo. El directos plantea la pregunta desde el título ¿Quién se hace cargo de
las consecuencias del consumo?
Lamentablemente en medio de todo este interesantísimo
y atrapante relato, aparece una especie de romance que sólo sirve para generar
un efecto de sorpresa en el desenlace y que en lugar de aportar a la trama creo
que la trastoca y la disminuye.
Claro que ese giro argumental no significa que la
película no sea buena y recomendable. Por el contrario, se deben destacar las
excelentes actuaciones, sobre todo la de
Rooney Mara cuyo personaje va sufriendo una especie de metamorfosis con
el correr de los minutos. Por otro lado, subrayo también la atmósfera tenue,
con colores sutiles acompañada por imágenes lentas y borrosas como el efecto de
un antidepresivo. Tal vez se abusa un poco del fuera de foco, pero la
significación del mismo es más que interesante.
“Side effects” de Steven Soderbergh entretiene y no
aburre, languidece un poco llegando al final pero el gusto que deja en boca es
más que satisfactorio. Esperemos que contrariamente a lo publicado no sea la
última.
Por Matías Comicciolli.
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