miércoles, 22 de octubre de 2014

“Unthinkable” de Gregor Jordan.

Si me cuentan una sinopsis básica sobre esta película, seguramente diría: “no gracias”. Posiblemente los amantes de los films de acción se sentarían gustosos frente a sus televisores y esperarían, en vano, esos momentos vertiginosos, cargados de persecuciones, tiros, explosiones y peleas interminables a puño limpio.

La cosa va de un tipo que hace llegar un video a las autoridades de los EE.UU. donde amenaza con hacer explotar tres (3!) bombas nucleares en diferentes ciudades del país. Los del FBI y la CIA van, lo capturan y buscan el método (recuerden esta palabra) eficaz para que el tipo dé la locación de los explosivos.

Hasta aca es un thriller de acción clásico y altamente desechable. Pero, qué pasa? El director australiano Gregor Jordan prepara una puesta casi minimalista. Toma tres actores: Samuel L. Jackson, Carrie-Anne Moss (La hermosa Trinity de “Matrix”) y Michael Sheen (El lobito de “Underworld”) Los mete a todos en una misma locación y deja de lado todo lo que nosotros teníamos en mente. La película se centra, justamente, en los métodos, en la moral, en la ética de las situaciones límites.

Es imposible no ponerse en los lugares de cualquiera de estos tres personajes, cada uno con un rol, con una posición diferente en cuanto al contexto que viven y que, por otro lado, se desarrolla casi en tiempo real. Las justificaciones que argumentan son implícitamente controversiales, el concepto de “lo correcto” pasa de mano en mano como una papa caliente y la pregunta que recae irremediablemente es ¿qué haría yo en ese lugar? La significación de “bien” ¿es absoluta o relativa? En juego se ponen, de manera imparcial, los métodos que son utilizados con el fin de llevar adelante una situación extrema y una contrariedad ético/moral.


La película de Jordan es muy recomendable. Visualmente es buena, pero toma especial relevancia si se tienen en cuanta las actuaciones (excelente la de los tres), el guión (impecable) y el obligado debate que se genera una vez vista.

Por Matías Comicciolli.

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