lunes, 29 de junio de 2009

Billetera mata galán, y gana elecciones.



Nada de análisis porcentuales ni tópicos oportunistas. A llorar a la iglesia.
La respuesta es una sola. Ganó la derecha. Y si mi barba y mi pelo largo denotan un imperante desmejoramiento presencial, connotan, a la vez, un fulgurante mal humor cundo ganan estos tipos.
Con esto no quiero decir que soy un convencido del actual proyecto oficialista, pero sí creo que era importante darle continuidad al asunto. ¿Por qué? Porque lejos de la bandería política, existían puntos defendibles (que no es poca cosa si comparamos la Némesis) Me refiero puntualmente a Derechos Humanos, jubilaciones y al proyecto de Nueva Ley de Radiodifusión (entre algún que otro condimento)
Pero la cosa no fue tan así. A la nacionalización de las AFJP se lo llamó “hacer caja” y al debate sobre distribución, “acumulación”. Esto merece mea culpa.
Y es ahí donde aparece esta alianza, de filisteos negociantes de medios de comunicación y clubes deportivos, para hacer coincidir el concepto de democracia con el de publicidad. Publicidad astuta y de fuerte influencia en los medios de comunicación, la cual resalta los intereses empresariales, los económicos, la propiedad privada y la seguridad a toda costa.
Estos temas llegan a ser un discurso perenne en los monólogos de cualquier hijo de vecino, que cree que se las sabe todas y te quiere volver a enseñar la benevolencia de la teoría del derrame y el neo-neoliberalismo (sino paren la oreja en cualquier bar). Así llegan a transformar su modelo empresarial y taquillero, en algo “popular”, en un discurso comprado hasta por las clases que ellos desprecian.
Esta sociedad, señores votó, a la derecha, si, a la que alguna vez supimos conseguir (y conocer) a la derecha fiestera, oportunista, pequeña y miserable. A la derecha de las privatizaciones, del lavado, del tráfico, de los nariguetazos. Ese es el modelo que votaron los ignorantes, los trasnochados, los individualistas y los que siempre aprovecharon el interés para llenarse los bolsillos.
¿Hacía falta ser tan hijo de puta para aleccionar al Gobierno?
Una vez más (como dice Sasturain): permiso para vomitar.

2 comentarios:

  1. Por primera vez en mi vida eleccionaria, ese lunes 29 de junio me sentí derrotado. Antes, tras las eleccciones, siempre me preguntaba: ¿tendré un don para votar a los que no ganan? Pero esta vez pensé que era parte de la mayoría, que me había vuelto popular, y me gustó. Hice la vista gorda respecto de muchas cosas de este gobierno y ponderé otras (algunas que nombraste) y esperé ilusionado el escrutinio, por primera vez en mi corta vida democrática, pero perdimos. Y una rara sensación prendió en mí. Elijo la que creo la mejor opción para la mayoría, pero la mayoría no la elige. ¿Será que realmente tengo un don?
    Nos queda la bronca y la crítica. El tiempo no nos dará la razón. Porque la historia la escriben los que ganan. Y yo siempre voto a los que pierden. Abrazo Misil.

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  2. bla,bla,bla

    Ahí los tienen, hablan todo el tiempo, en la radio, en la tele, en los spot, hablan y se ríen, y acusan y prometen, hablan y prometen todo el tiempo, hablan lo que les dicen que hablen, prometen lo que le dicen que tienen que prometer.

    A veces salen a la calle y hablan. Hablan con la gente, con lo vecinos, hablan con los periodistas, tanto hablan que no escuchan, hablan tanto que no dialogan, por eso están todo el tiempo hablando, para no tener que dialogar ni escuchar a nadie. Hablan y prometen, prometen y acusan. Después lo que prometen no lo cumplen y los acusados hablan con ellos.

    Y como si fuera poco, lo que hablan sale en todos lados, donde vamos escuchamos lo que hablan. Hasta cuando no hablan están hablando. Hablan y no saben lo que dicen, pero saben que es lo que tienen que hablar, si dicen de más se equivocan y si se equivocan salen a hablar.

    Porque su función es hablar. Hablan para que otros puedan callar, pero no hablan lo que callan los otros, sino no tendría gracia hablar.

    Hablan, todo el tiempo hablan, en la radio, en la tele, en los spot...


    bARZI

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