domingo, 21 de junio de 2009

Roberto Arlt, Baudelaire porteño.


“Los antiguos decían que la ciencia podía hacer feliz al hombre. ¡Qué curioso! Nosotros tenemos con la ciencia en nuestras manos, que admitir lo siguiente: lo que hace feliz al hombre es la ignorancia, el resto es música celestial…

En este párrafo están recreadas todas las características que hacen que la literatura de Roberto Arlt, tenga esa significación tan especial.
¿Se puede decir qué es una literatura agradable, divertida, jocosa o cómica? ¿Se puede definir a Roberto Arlt cómo un escritor que causa placer al leerlo? ¿Qué sentimos nosotros cómo lectores al tomar, no sólo sus “Aguas fuertes”, sino también sus clásicas novelas cómo “El juguete rabioso”, “Los siete locos” y “Los lanzallamas”?
Justamente el error recurrente, en cuanto a la literatura de Arlt, es que se cree que la misma es cómica. Pero lo que en realidad se está confundiendo, es comicidad con sarcasmo y es justamente el sarcasmo lo que hace que este escritor se destaque.

“La pobre gente cree en lo que ha dado en llamarse “la alta sociedad”. Posiblemente la alta sociedad no exista sino en la imaginación de los pobres diablos y las infelices muchachas.”
“…pero en nuestro arrabal, en nuestros barrios, el vecino que se muere es un problema de compasión a plazo fijo y de comentarios innumerables.”

Se encuentran en todos sus textos de “Aguas fuertes”, una profunda mirada al entorno social, político y económico. Una burla mordaz a la cotidianeidad, a los estereotipos y a las características costumbristas de los años treinta en nuestro país. Su ironía y su burla generan en quién lo lee, esa especie de autorreflexión, de autocuestionamiento que nos hace ver lo que realmente somos.
Es innegable que la lectura de Arlt es corrosiva, crea ese desengaño que provoca el observar, de una forma subjetiva, la realidad más cruel; el suburbio, la carencia, el hastío, la melancolía.
De esta manera Arlt se trasforma, poco a poco, en el Baudelaire porteño, el cual ve a la sociedad que le toca vivir, como una época en decadencia. Así lo podemos comparar con la figura del Dandy: Ese héroe moderno, el cual rechaza la trascendencia de lo absoluto y crea su arte a partir de lo cotidiano, efímero, común y vulgar. Ese que posee una actitud moral que se representa en lo social, mientras establece las críticas contra lo burgués y lo aristocrático. El dandysmo es el culto a la diferencia y en especial en esta época, es la crítica a lo que se ha transformado en una religión: el progreso.

“Hoy no. Hemos progresado. No hay zanahoria que no esté dispuesto a demostrárselo. Hemos progresado… ¿El teléfono lo hace más feliz, un aeroplano de quinientos caballos más moral, una locomotora eléctrica más perfecto, un subterráneo más humano? Puede decirme, querido señor, ¿para qué sirve este maldito progreso?”

Erdosain, El Astrólogo, El buscador de oro, El hombre que vio a la partera, El rufián melancólico, Silvio Astier; todos sus personajes son él mismo, y su escritura, la encargada de quitar los prejuicios, la doble moral y los caprichos de la sociedad de su tiempo.

1 comentario:

  1. Dici Piblia: "La relación de Arlt con la literatura, es una relación atorranta, periférica, marginal."
    Frente a la literatura oficial, institucionalizada, con aires europeos, literatura de coleccionistas de obras, ediciones y autores extravagantes, Artl se revela, o en realidad, no logra acceder, su respuesta es la lectura de folletines, libros de bolsillo y todo material que circula en la cultura marginal. Frente a la lengua oficial, de herencia anglosajona, la lengua de Arlt es la del borde, la del riachuelo.
    Por eso Silvio Astier roba una biblioteca y después quema la librería, porque mantiene una relación de violencia, porque es la imposibilidad de tener. Como dice Piglia, "la novelística de Arlt es la otra historia de la lengua de la literatura Argentina” Frente a las voces de Echeverría, Sarmiento y Lugones, esta la otra parte la irreverencia y las voces del callado, las voces que hace hablar Arlt.

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