sábado, 5 de septiembre de 2009

Como un viejo prematuro.






Como un sparring de triple jornada me defiendo de caer en la convocatoria de masoquistas a tiempo completo.
No me disuelvo como la “buscapina”. ¿Por qué? Porque la buscapina es de poco hombre. Es como la toma fraudulenta del balsámico anulador del “quita penas”.
Así se prende fuego la dedicatoria cotidiana de gestar un perfil que va contra todo pronóstico.
Bloqueado por la falta de interés, y preparado para salir de una configuración estereotipada, propongo que el lavarse los dientes en el trabajo hace dudar la sexualidad de quien practica dicha actividad.
Los hechos continúan como un virus pandémico que hace silenciar a la inseguridad, al transito y al INDEC.

Cómo es que el hombre moderno baja unos ravioles a la scarparo con gaseosa. ¿Qué clase de país queremos crear?
Que deprimente es escuchar las mil y un maneras de hacer bicicleta fija para bajar la panza. El índice de hombría está deteriorado, en devaluación. La tasa y los promedios de la reserva general de testosterona piden auxilio a la marquetinería de corto plazo. El enjuague bucal se adueñó del peso firme de un hombre hecho y derecho y la preocupación por la panza colonizó el levante y el incentivo de conquista.
Las borracheras son mal vistas y las resacas, un ideal de un pueblo olvidado.
Otros dos puntos destacables son el pelo y la ropa. Sagrado era el “Glostora” y el traje (que servía tanto para el laburo como para ir a la cancha) Ahora se busca la combinación, la marca expuesta como una fractura y el peinado a la moda.
En síntesis: la comida se acompaña con vino, la panza se deja crecer, el aliento y los dientes dependen de la circunstancia, el ejercicio es correr hasta el bondi y no se va a ningún lado si no en jeen, zapatillas y chomba… lo demás es de poco hombre.

Por Misil Soviético

3 comentarios:

  1. Misógino pero acertado comentario querido Misil. Tu melancólica observación también nos debería llegar a nosotras, que en pos de parecer muñequitas Barbie, nos hemos olvidado que la sensualidad no solo pasa por lo físico. Que la líbido se posa sobre lo aptitudinal y que la atracción de los opuestos -o no, no quisiera dejar de lado las elecciones homosexuales- se ejerce mas sobre bellos cuerpos reales que sobre aquellos torneados a fuerza de gimnasio y comidas light. Brego por unas buenas panzas bien nutridas y un fuerte olor a hombre, antes que delicaditos modelos mas preocupados por su hedonismo onanista que en hacer gozar a mujeres con cuerpos reales.

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  2. Manga de gordos, que buscan justificacion en la sexualidad de ya de por si su crecida panza, son los mismos que antes luchaban contra el sistema,y ahora comprar la ultima tecnologia con la tarjeta que le dio el banco, con financiación y a la menor tasa posible, especulan con dolares o euros, y quieren tener lo ultimo en tecnologia, es mas pregonaban en las madrugadas que el sistema nunca los iba a atrapar y hoy no pueden estar ni una hora si no estan conectados en internet. El hombre es esclavo de sus palabras,pero tengo fe igual en que de alguna manera se sigue luchando,que no mueran nunca los asados, ni las resacas melancolicas en las cuales realmente uno se llega a conectar, que tampoco falte el fracaso amoroso hacia aquel objeto femenino inalcanzable,se extraña lo viejo pero se convive con lo nuevo.
    Adios

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  3. Totalmente de acuerdo con vos mi querido Misil.
    Y no te olvides de aquellos que se depilan el pecho, la espalda , la panza etc.
    Aprovecho para saludarte y felicitarte por el blog. Un abrazo.
    Spacibo.

    Lea

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