martes, 18 de mayo de 2010

"It might get loud", Mi vida atravesada por la música.



Mi vida está atrevasada por música (Que lindo y natural es escribir en primera persona!!!- en las huestes académicas es alta herejía ¡!!), días atrás- no recuerdo claramente la fecha ni el momento- sentí que podía hacerle una treta a mi memoria y reconstruir a través de compases, acordes, riffs, recuerdos perdidos, eventos no asequibles, aromas, sentimientos perdidos. Fue una sensación poderosa y creo que para cualquier melómano se convierte en un reto posible, aún así no me embarqué en tal empresa- quedará para relatos posteriores o quizá vaya a formar parte de esos recuerdos no accesibles del Cosmos paralelo compuesto por los desechos de la memoria. No obstante, esa sucesión de pensamientos musicólogos hicieron recordar mi gran cuenta pendiente- Tocar un instrumento, formar parte de una banda-, hoy en día que está tan de moda “Salir del closet” yo quiero hacerlo!!!! Quise, quiero y querré Ser un Rockstar Carajo!!!! Un As de la guitarra!!! Lamentablemente nunca lo seré o al menos no en esta vida, no tengo energías suficientes para emprender un aprendizaje desde cero de un instrumento, y mi amor por la música es tan grande que no soportaría ser un mediocre, así que prefiero seguir anhelándolo y escuchar a los mejores (no dije virtuosos eh!!! Me aburren, perdóname Satriani, Vai, y demás).

Me pongo el traje de Recomendattore de películas que me presta el Misil Sovietico, y mágicamente enlazo mi humilde introducción con la recomendación de este mes, la misma oficia de documental pero es una película de rock, me siento más cómodo rotulándola así. “It might get loud” es un esfuerzo por contarnos de que la va esto de ser un referente de la música y la guitarra, hacernos sentir lo más cerca posible de un músico y su reliquia mas preciada- su instrumento, su extensión. Para la velada contamos con tres comensales: un Prócer (Jimmy Page-Led Zeppelín), un Vanguardista del Sonido (The Edge- U2) y una Joven Promesa (Jack White- White Stripes/ The Raccounters).

La cita no va de la mano de la linealidad, si bien la base de operaciones es un galpón en donde los “guitar soldiers” se reúnen cada cual con su armas a intercambiar yeites, riffs y demás, la película va más allá y sondea en la intimidad de cada personaje mostrando lo más rico en la relación entre el Ser y el instrumento. Historias, memorias, sentidos, tres hombres y un mismo instrumento que se resignifican a la luz de la cámara. Tres diferentes maneras de convivir con la guitarra, la crudeza de White, la arquitectura de sonidos de Edge y la belleza del Rock en estado puro con Page.

La película cuenta con momentos clave, a mí entender, la metamorfosis de Jack White, de empezar el documental con aires arrogantes y desafiantes se convierte en un niño lleno de admiración al presenciar el Riff inicial de “Whole Lotta Love” de la mano de su creador. The Edge convirtiendo un simple rasgueo monótono en una pared de sonido y para el final, un dialogo de guitarras memorable en el que sobran las palabras y las descripciones.

Por esto y mucho más que seguramente no puedo ni sé expresar, vean esta película mis amigos.


Por Fabricchio

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