DIEGO SOMOS TODOS.

“Yo soy blanco o negro, no hay grises”, lo dijo Diego y lo que dice Diego es palabra santa o sacrilegio. Una definición exacta de lo que es él, o mejor dicho de lo que somos todos, porque Diego somos todos y todos somos un poquito Diego, calentones, bocones, tiernos. Puteadores por naturaleza y tan contradictorios que nos espantamos frente a cualquier insulto.

Podemos ser queridos y odiados de un día para otro, somos blanco o somos negro. Messí es el mejor del mundo o un cuatro de copas; Bielsa es un fracasado o el más sabio de los técnicos y Verón un sr. Inglés o el gran patriota argentino.

Nunca grises, pero si contradictorios, como es Diego. El mismo Diego del que estamos orgullosos cuando viajamos por el mundo inflando el pecho cuando nos reconocen por el, o aquel al que le remarcamos su condición de drogadicto e ignorante

puertas adentro. Tan absurda es la contradicción que consideramos que el mejor jugador de todos los tiempos, no sabe nada de fútbol.

Y así podemos seguir largo, tendido, salir del fútbol, y escarbar en todos los ámbitos por los que nos movemos, porque Diego es jugador de fútbol, pero podría haber sido actor en cualquier lado y en todos ellos encajaría perfecto. Diego es la definición perfecta de la aventura de ser argentino, nos guste o no, nos representa., tan maravillosos y bochornosos a la vez, así somos, así nos gusta ser y así nos repetimos todo el tiempo.

Por eso no sorprende este presente tan blanco o tan negro, este presente de campeones del mundo y derrotados a la vez, presente de Diego y sus declaraciones, presente de periodistas veletas, tribuneros, mamones, argentinos, contradictorios, como Diego, como yo, como todos.

Por Win Derecho