domingo, 2 de agosto de 2009

No lo soñé.

Nunca se sabe con exactitud quién es la primera persona que te dará la clave para realizar el día. Pero el mundo no termina ahí. Ni mucho menos. Cansado de dormir intranquilo y de taparme del mal augurio de los gurúes de la política, me lanzo a la calle y espero que todo corra según los infortunios del transporte público.
6:30am, 1,75 es la primera palabra. Pero nada quiere decir. La estrella acompaña tras el puente Pueyrredon, pero la boca sigue muda.
En eso tiro un:
-Buenos días Nicolás- la oscuridad sigue la correntada de San José y Moreno pero la idea es seguir adelante. La noche se hace añicos…
Automáticamente, la respuesta se traduce en una contestación llena de “te estab
a esperando”.
El papel de la crónica varía según el designo de lo contemporáneo, y siempre le pido el que Nico no elige. Si agarra Clarín, le pido Página y si toma este último le pido Crítica. Más allá no voy.
Y es Nicolás, mi diariero, el que me da la clave para continuar. Aprieta las manos, y sin querer darme una despedida me dice:
- Mirá lo que te preparé-
Tirado en un rincón entre los culos de tantas, hay un librito colorado, que nada dice por si sólo. Él sabe el agua bendita que me logra y me puede. Sin apagar la tele me lo da, y sin dudas es el libro de este mes: “Rescate, las historietas perdidas de Solan
o López”
Inconcientemente en este espacio ya se había citado al eximio dibujante de la cultura argentina, pero lo de Nicolás esa mañana fue algo de otro mundo. Me pone tan contento que no sé si agradecerle a él, o a los designios del destino. Pero el día ya empezó con un buen rock and roll.
El libro además de tener la indeleble tinta de su autor, está basado en textos de gente como Saccomano, Sampayo, Boyd y Grassi. La frutilla de los que se quedaron sin torta está al final: Rodolfo Walsh.
Si “Operación maseacre” versión historieta. Simplemente impresionante. Infinitamente lo mejor de lo mejor. No me canso de juntar, con o sin valor, estas pequeñas joyas poco valoradas por el resto de los mortales. Envilecido por la grafica me voy caminando sin desearle a Nicolás un buen día. No hace falta. Mañana ya habrá tiempo para despedidas periódicas y con la noticia del día.
Gracias Nico, mañana vengo con cambio.
Y para “Rescate…” un buen rock and roll. El día se paga solo.

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