sábado, 21 de agosto de 2010

FIBERTEL, el escándalo...


Defenderlos, ponerse en contra, argumentar o encontrar una solución maniquea, parece la salida acomodada para darle fin a un tema de debate.

¿Se puede acotar la manoseada libertad de expresión, a la interrupción, o no, de una compañía de servicios de Internet? ¿Se puede argumentar desde este punto diciendo que un gobierno pretende establecer un monopolio en su beneficio?

La duda recae en los paladines que se eyectan de sus sillas, para rasgarse las vestiduras en nombre de la “libre elección”.

Dejo para el análisis personal y colectivo, si el fin de Fibertel es perjudicial o beneficioso para quién sabe quienes. Pero lo que se sabe hasta el momento, es que algunas irregularidades en la posesión de licencias, hicieron que el gobierno apelara y quitara la concesión.

Nadie habla de esas irregularidades. El conglomerado opositor se empeña en teorizar sobre el derecho, el deber y las virtudes de la libre elección de una u otra compañía.

¿De qué libre elección hablan? ¿Hablan de libertades adquiridas u otorgadas, cuando la adquisición de la empresa que distribuye la banda ancha, no estuvo regulada por ninguna entidad que valide la legislación?

El cacareo mediático de los socias del Grupo Clarín, ya es conocido y de esta manera no nos cansamos de escuchar un desfile sobrevalorado de máximas que hacen mención al “ciudadano común”, a “la gente asustada” y a “los usuarios con miedo y preocupados”. ¿Quién es el “ciudadano común”, dónde está “la gente”, quiénes están preocupados?

Si no es Fibertel la empresa que nos haga llegar el servicio de Internet, seguramente será cualquier otra. Habrá una u otra empresa que tomará a los miles de clientes y funcionara bajo los mismos intereses. Todos en definitiva se rigen con el mismo libreto y el rehén seguirá siendo, como hasta ahora, el abonado al servicio. Un servicio que para muchos de nosotros es de tanta importancia como el cable, el teléfono o la luz. Un servicio que desgraciadamente, y debido a las desigualdades dentro de las estructuras sociales, no llega a todos.

Por eso creo que los privilegiados en el acceso a Internet y cable NO estamos preocupados, como sostiene la oposición, por saber a quién pertenece la firma del empresario al que le otorgarán la licencia del servicio.

El cuestionamiento y el debate pasarían así a la posibilidad de debatir si la medida gubernamental ayuda a poder transformar las desigualdades sociales, terminar con la concentración de los sectores económicos y pluralizar los accesos a la cultura.

Después si queda tiempo, podemos discutir los planes individuales de perpetuarse en el Gobierno, pero lo que escuché hasta ahora es puro lobby empresarial…


Por Misil Soviético

2 comentarios:

  1. El caso Fibertel dejó al descubierto además el derrape de un cineasta dirigente defendiendo por un lado la estatización de YPF y por otro a una empresa de internet con contrato vencido. el endo

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