Me resulta muy
difícil hacer una breve síntesis para recomendar la película. Ya desde el
título en castellano la cosa se pone compleja: quién miraría “Las ventajas de
ser invisible”. Pienso en el momento en que me enfrente a algunos amigos y les
diga: “es una película de adolescentes estadounidenses que van a la
preparatoria y son como los excluidos del grupo y los que sufren las cargadas y
los malos tratos del resto. Hay un huraño, un gay, una linda incomprendida, una
punk y otra que ama los vampiros”. Inmediatamente mis amigos, o algunos de
ellos, la tacharían de su lista (y dejarían de tenerme como referencia en
cuanto recomendaciones)
Lo dicho no es
mentira. En el film de Chbosky aparece todo lo que menciono, pero en sí no se
trata de ese tipo de historias que ya vimos hasta el hartazgo. No es una
comedia romántica adolescente a pesar que enunciada de esa manera sí lo
parezca. Dejemos de lado por un momento los prejuicios y crean en estas líneas.
La historia está
basada en la novela homónima del mismo tipo que la dirige. Y Cuenta la historia
de Charlie (Logan Lerman) un joven que está por entrar a la secundaria y que
debido a su forma de ser poco sociable sólo espera un sin fin de sufrimientos y
penurias. Por lo menos esto pensaba hasta conocer a los hermanastros Patrick (Ezra
Millar. El niño psicópata de‘We Need To Talk About Kevin’) y Sam con la siempre
hermosa Emma Watson. Este grupo, con algún que otro integrante más, serán los
marginados, los excluidos pero que igual logran divertirse organizando sus
fiestas, sus shows, leyendo o escuchando bandas de rock alternativo.
Estoy seguro que
el film emociona en general, pero toca, en particular, algunas fibras sensibles
si tu adolescencia transcurrió durante la década del 90, periodo en el que sucede
la historia. Es imposible no crear empatía y sentirse identificado con ese joven
que para expresar su silenciado amor graba directamente de la radio un casete con
temas que le gustan a ella; o cuando discuten sobre la música de The Smiths, Nick
Drake o escuchan en el pasacasete del auto “Heroes” de David Bowie. (Más que
excelente escena. Para verla una y mil veces).
Todo esto junto
a un relato muy bien contado (hay reflexiones de Charlie que pegan bastante duro)
y a destacables actuaciones en general, hacen que los tópicos del genero se
desvanezcan y logren una joyita muy disfrutable.
Por Matías
Comicciolli.
No hay comentarios:
Publicar un comentario