Esta es una de esas películas que considero hallazgos
valiosos. No porque me haya metido a bucear entre lo más desconocido del cine
independiente, sino porque para llegar a ella hay que nutrirse de ciertos
medios que no son de los más convencionales. Además de eso hay que tener el
arrojo o la disposición para sentarse a verla.
Se trata de una hermosísima (sin exagerar) joven,
Jane, que además de dulce y carismática es actriz porno. Ella sin querer
encuentra una importante suma de dinero dentro de un termo que le compró a una
solitaria anciana, Sadie, quien funciona como la otra protagonista. Este dato
es simplemente una excusa para desarrollar el vínculo que se crea entre estos
dos personajes, a la vista tan disímiles e incompatibles.
Jane es interpretada por Dree Hemingway (nieta del
escritor según leí) quien desarrolla un personaje y una actuación excelente,
mientras que la octogenaria Sadie, está a cargo de la debutante Besedka Jonson.
Sí, debuta con su primer papel en cine y no sólo lo hace bien sino que también
se destaca más que satisfactoriamente con su trabajo. También merece una
mención aparte el pequeño perro de Jane, quien además es el encargado de
ponerle nombre a la película.
Con esta situación y estos personajes Baker nos
muestra dos mundos que no tendrían que juntarse nunca, pero que la misma
soledad se encargará de acercarlos. Creo que ese es el sentimiento que se
subraya a lo largo del film. Estas dos mujeres con su aislamiento, sus
preocupaciones y sus entornos no dejan de luchar contra una soledad que muchas
veces no es necesariamente la falta de compañía.
Como toda buena película independiente el director se
vale de mucha cámara en mano, pocos diálogos y música ocasional. Otras de las
herramientas que es utilizada de manera formidable son el tono y la coloración
con que se enmarca toda la película. La claridad del sol que ilumina las vidas
de Jane y Sadie, otorga una calidez y una suavidad que choca de lleno con la
realidad de cada una.
“Starlet” de Sean Baker es una película tierna, dulce
y conmovedora, sin dejar de ser cruda, realista e impactante como bien da
muestra la escena de sexo (casi) explícito que tienen Dree Hemingway con un
actor porno. Tal vez innecesaria, tal vez no, discutible o chocante, pero sin dudas
muy recordable… quizás como la película en sí misma.
Por Matías Comicciolli.
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