Lo primero que se me ocurre es no recomendarla para
un sábado a la noche. Mucho menos si lo que se quiere pasar es un buen rato.
Tenemos una de esas películas difícil, de las que requieren de un esfuerzo
permanente por parte del espectados. Desde la primera escena en la estación de
tren, hasta la última, con la lluvia golpeando los cristales del auto, uno
tiene/debe analizar, contextualizar, descifrar y armar cada una de las piezas
del rompecabezas que Cronemberg nos pone delante de los ojos.
Esta es la historia de Spider, un hombre que sale de
un psiquiátrico para alojarse en un hospicio donde el trato que le otorgan no
es mucho mejor que el que recibía. Claro que la mochila que lleva sobre su
espalda no le permitirá alcanzar una existencia del todo agradable. El
personaje está netamente marcado por un sentimiento de culpa y un complejo de
Edipo no resuelto. Nuestro trabajo será descubrir y lograr armar, como si fuese
una ventana rota, los motivos de la esquizofrenia, paranoia y delirio del pobre
Spider.
Un rompecabezas y un vidrio roto no son analogías
elegidas al azar, ya que aparecen en el film y nos connotan el trabajo
introspectivo de la cabeza del personaje relatando su propia historia. No hay
un dialogo y mucho menos un voz en off, que se encargue de facilitarnos las
cosas. Spider, está, existe y se encarga de contarse a sí mismo, a SU realidad.
La cámara será la encargada de sujetarnos y llevarnos al interior de una mente
perturbada y “desarmada”.
Impresionante la interpretación de Ralph Fiennes en el papel protagónico, que sin
exageraciones logra captar la atención desde el primer momento y se pone al
hombro la carga interpretativa de una película que prácticamente carece de
diálogos, pero que en ningún momento se la aprecia vacía de contenido y
detalle. Para esto también es muy importante mencionar un entorno frío y
lúgubre, el cual se conjuga
perfectamente con el agobio y malestar del desamparo que padece el personaje.
La película está basada en una novela publicada en
1990 por Patrick McGrath que a la vez se encargó de realizar la adaptación para
cine. La mano del director y el trabajo con el personaje, junto a toda la
metáfora en cuanto a la metamorfosis en la evolución desestructurada del
relato, se ven, se notan y están encaradas de una manera excelente, lo cual
hace de “Spider” una película pequeña, críptica, casi minimalista pero con un
altísimo potencial de análisis y reflexión por quien se dispone a ingresar en
ella.
Por Matías Comicciolli.
un libro/película para suicidarse
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