Muchas veces es a suerte y
verdad. De esta manera suelo despedir de un disparo el disco del DVD, o pulsar
frenéticamente la tecla “Esc” para terminar de una vez lo que refleja la
pantalla. Otras muchas, por suerte, logro dar en la tecla. Este es el caso de “The Laramie Project”.
No
quiero caer en la denominación de “Falso Documental” (porque odio ese tipo de
etiquetas como el de “No Ficción”), pero piensen en que la historia se
desarrolla a partir de sucesivas entrevistas. El espectador va conociendo lo que
pasó en el pequeño pueblo de Laramie, Wyo ming (EE.UU) durante 1998, cundo un joven
universitario fue brutalmente asesinado debido a su condición sexual. Podría
hablar de lo que el film refleja y del mensaje ideológico que pretende reflejar
en cuanto a la idiosincrasia e intolerancia racista de los estados unidos, pero
eso está más que obvio y bien contado en la peli. Me interesa más el cómo.
El
director venezolano Moisés Kaufman
no escatima en reflejar la violencia con que el joven Matthew Shepard fue apaleado
y abandonado en un alambrado durante 18hs, por dos homófobos del pueblo. El
tema es que en ningún momento se ve una sola imagen de golpes o sangre. Es a
través de las entrevistas a los pobladores que se van armando las escenas
mentales de lo que realmente pasó esa noche de 1998. Los acontecimientos
continúan sucediendo basándose en más de 200 entrevistas, donde además se
cuenta la muerte en el hospital y el
posterior juicio a sus asesinos. La película tiene un reparto de puta madre,
tan amplio que voy a nombrar a los más reconocidos: Laura Linney, Peter Fonda, Clea DuVall, Steve
Buscemi, Christina Ricci, Janeane Garofalo y Joshua Jackson.
Aclaro
que no es divertida, ni mucho menos para pasar el rato. “The Laramie Projet” es de esas
películas que a uno lo incomoda, lo hacen mover del sillón y le hace notar la
existencia de ese enano facho que todos llevamos.
También
nos deja grabadas en la mente muchas imágenes que no vemos, pero que escuchamos
a través de los actores que interpretan a los habitantes de Laramie. No pude
dejar de pensar y ponerme en la piel del padre de Matthew Shepard cuando explica como “el único
lugar donde no tenia sangre era por donde sus lágrimas habían corrido”.
Tremendo…
Por
Matías Comicciolli.
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