“No
salgo mucho de casa. No me gusta estar con la gente,
me pone nervioso y me hace parecer raro.
No me gusta ir a conciertos,
para mí es mejor estar en casa.
Algunos pensarán que odio a la gente, pero no
es exacto”
Eels, ‘Things The Grandchildren Should Know’
Como dice el prologo, este es “el mejor libro de autoayuda, que no intenta ayudar a nadie, pero que lo
consigue casi sin proponérselo”. Con estas simples palabras, decidí poner
manos a la obra de Everett. Por qué digo obra? Porque antes de ser escritor, el
sujeto en cuestión es músico. Y lo mejor que se puede hacer si decidimos leer
“Cosas que los nietos…” es descargar toda la discografía de “Eels” (banda que
lo tiene como líder)
No digo que sea indispensable, ni algo fundamental,
pero la música que hace es excelente y creo que va muy bien de la mano con el
libro. Ambos modos de expresión logran intercalar armoniosamente, sentimientos
que varían entre la alegría y la tristeza. Porque de eso trata esta
autobiografía sobrecargada de una profunda intensidad. Mark describe los
momentos más relevantes de su vida (nada estable ni pacífica), sin obviar los
matices entre la felicidad más incomprensible y las penas extremas. Estos
momentos nos impactan y nos incomodan a partir de la franqueza catártica en que
son contados.
El autor nos abre su propia historia como si fuese
una especie de confesión liberadora de un camino marcado por la muerte, la
desgracia y la fortuna. La relación con la muerte de su padre, la enfermedad de
su madre y el suicidio de su hermana se mezclan con bellas anécdotas sobre Neil
Young o Elton John.
Eso es lo que creo más interesante de destacar: como
se logra contar un episodio horriblemente duro y difícil con el balance necesario
para no transformarlo en un golpe bajo y traicionero. La escritura es simple y
sin vueltas, pero eso no le quita particularidad, personalidad y agudeza al
relato.
El texto esta cargado de sonidos… Los sonidos de Eels
y de Mark Everett, que logran un todo que se comienza a comprender de forma
conjunta. Así sus discos y su biografía se acompañan y se disfrutan sin
necesidad de una explicación manifiesta y dejando de lado los finales felices.
Claro que esos sin sabores no son fáciles de digerir y por momentos la lectura
se vuelve dura y angustiante, pero esa es precisamente la forma que elige el
autor protagonista para contarnos su propia vida.
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