viernes, 24 de octubre de 2014

“Viajes por el Scriptorium” de Paul Auster.

Después de leer algunas otras novelas del autor, puedo decir que este es un libro diferente, distinto. No estoy en condiciones de decir que sea mejor o peor que los demás, pero su esencia difiere de lo hasta aca leído.

En un comienzo no me pareció un texto atractivo. De hecho, en varias oportunidades estuve a punto de abandonarlo. Las primeras páginas se ven sobrecargadas de descripciones minuciosas que no llevan a ningún lado, excepto a la mera representación de detalles.

Antes que nada advierto que el esfuerzo de continuar con la lectura vale la pena. El informe que se nos hace sobre los movimientos de un viejo encerrado en una habitación, nos termina llenando de curiosidad. ¿Quién es este hombre a quien llamamos Mr. Blanck? ¿Por qué está encerrado? Y sobre todo ¿Por qué “lo vemos”? Se destacan, como siempre, todos esos personajes que orbitan en torno al protagonista. En este caso, son todos aquellos que por una razón u otra van entrando en su vida y van sembrando pistas en cuanto a su pasado y su destino.

Otra vez se destaca la genialidad de Auster para mantener a un lector fiel al relato, usando sólo como recurso las 24hs de un anciano encerrado dentro de un cuarto con un escritorio, una máquina de escribir y algunas fotos. Simplemente con ese marco de situación, el autor nos lleva por casi 200 páginas de una historia  cargada de condimentos (amor, desengaño, traición, espionaje, intriga, etc) En definitiva, lo que siempre encontramos en sus relatos y en sus personajes.

Al terminar el libro no nos queda más que reflexionar sobre lo que hemos leído. El escritor hace partícipe, de cierta manera, al un lector que, atento a lo que va sucediendo, se ve también dentro de la historia. Esa complicidad a la que se llega, es la que pone la cuota indicada para que “Viajes por el Scriptorium” sea una novela excepcional.


Aca va la recomendación: el texto se puede disfrutar y entender perfectamente se haya, o no, leído a Paul Auster. Pero creo que se gana muchísimo si se tiene conocimiento de las demás historias y personajes de este genial autor.

Por Matías Comicciolli. 

jueves, 23 de octubre de 2014

“Vino para robar” de Ariel Winograd.

Muchas veces buscamos películas para pasar un buen rato. Nada de andar pensando mucho, analizando detalles y sentimientos escondidos. Nos sentamos simple y llanamente a divertirnos. Viendo el trailer nos podemos hacer la idea de pasar un buen momento, pero inmediatamente caemos en la cuenta que este es cine nacional y que el género en cuestión puede resultar paupérrimo dentro de este marco.

Por suerte este no es el caso, y el tiempo que dura la película es disfrutable y divertido de principio a fin. Buena imagen, buena realización, buen argumento y buenas actuaciones. Sólo se necesita eso para que un policial de enredos, mezclado con comedia romántica y mucho de parodia, den un excelente resultado al espectador.

Daniel Hendler es Sebastián un ladrón de piezas de arte que se ve seducido y engañado por Natalia, otra profesional del gremio a cargo de Valeria Bertuccelli. Una cosa va llevando a la otra y debido a una serie de casualidades y giros de la vida, terminan trabajando juntos con la finalidad de robar una botella de vino cuyo valor trasciende lo económico. Completan el elenco  Martín Piroyansky como el inseparable compañero del protagonista, Pablo Rago en el papel del investigador, Juan Leyrado que es el malo en cuestión y Estaban Balbi como el padre de la chica.

Todos ellos, tanto en conjunto como individualmente, mantienen a nivel la película que no decae en ningún momento. Las locaciones mendocinas también ponen su cuota al resaltar bodegas y viñedos que contextualizan perfectamente con la historia. El montaje, el vestuario y algún que otro efecto dan el toque necesario para cerrar con un muy buen trabajo en conjunto.

Sin dudas la mención especial se la lleva el guión, el cual empieza como algo simple y censillo pero que con el correr de los minutos se va tiñendo y enroscando hasta que finalmente alcanza la incoherencia y el absurdo pero sin caer en lo obvio, en lo rápido o en lo tonto. La química entre la pareja protagonista da sentido a cada escena que con humor, guiños y mucho talento, nos hacen disfrutar de los variados matices de la historia.

Winograd nos había dado un buen preámbulo de su capacidad con “Mi primera boda” (2011) pero con “Vino para robar” arriesga un poco más y redobla la apuesta con una comedia que sin cintura podría haber sido un fiasco.

Quien se siente a verla la va a disfrutar, se va a reír sea, o no, amante de este tipo de películas y creo que ese es el mayor logro del film de Winograd. La película esta bien hecha, con un trabajo en conjunto que la logra, la redondea y la hace cerrar perfectamente dentro de un género al que no estamos muy acostumbrados por estas latitudes.


Por Matías Comicciolli.

miércoles, 22 de octubre de 2014

“Unthinkable” de Gregor Jordan.

Si me cuentan una sinopsis básica sobre esta película, seguramente diría: “no gracias”. Posiblemente los amantes de los films de acción se sentarían gustosos frente a sus televisores y esperarían, en vano, esos momentos vertiginosos, cargados de persecuciones, tiros, explosiones y peleas interminables a puño limpio.

La cosa va de un tipo que hace llegar un video a las autoridades de los EE.UU. donde amenaza con hacer explotar tres (3!) bombas nucleares en diferentes ciudades del país. Los del FBI y la CIA van, lo capturan y buscan el método (recuerden esta palabra) eficaz para que el tipo dé la locación de los explosivos.

Hasta aca es un thriller de acción clásico y altamente desechable. Pero, qué pasa? El director australiano Gregor Jordan prepara una puesta casi minimalista. Toma tres actores: Samuel L. Jackson, Carrie-Anne Moss (La hermosa Trinity de “Matrix”) y Michael Sheen (El lobito de “Underworld”) Los mete a todos en una misma locación y deja de lado todo lo que nosotros teníamos en mente. La película se centra, justamente, en los métodos, en la moral, en la ética de las situaciones límites.

Es imposible no ponerse en los lugares de cualquiera de estos tres personajes, cada uno con un rol, con una posición diferente en cuanto al contexto que viven y que, por otro lado, se desarrolla casi en tiempo real. Las justificaciones que argumentan son implícitamente controversiales, el concepto de “lo correcto” pasa de mano en mano como una papa caliente y la pregunta que recae irremediablemente es ¿qué haría yo en ese lugar? La significación de “bien” ¿es absoluta o relativa? En juego se ponen, de manera imparcial, los métodos que son utilizados con el fin de llevar adelante una situación extrema y una contrariedad ético/moral.


La película de Jordan es muy recomendable. Visualmente es buena, pero toma especial relevancia si se tienen en cuanta las actuaciones (excelente la de los tres), el guión (impecable) y el obligado debate que se genera una vez vista.

Por Matías Comicciolli.

lunes, 20 de octubre de 2014

“Tideland” de Terry Guilliam.

Qué decir…? Casi eufórico me puse a ver “Tideland” simplemente porque es de Guilliam y porque en su sinopsis había un roquero drogadicto con una pequeña hija. Motivo más que suficiente para atraer mi atención.

La película no decepciona, pero tampoco deslumbra. Es más que conocida la estética y la forma de este director, que vuelve a poner su firma inconfundible dentro del mundo de la pequeña Jeliza-Rose, quien al morir su madre de una sobredosis se muda con su padre, reockero venido a menos y también adicto a las drogas, a una vieja casa de campo. En ese nuevo ambiente es donde la imaginación de la niña detona en una versión “tenebrosa” de “Alicia en país de las maravillas” (no hacían falta tantos guiños para que nos diéramos cuenta!!!)

Para conjurar el marco, el padre también muere en otro “viaje de vacaciones”, dejando a la pequeña en ese mundo surrealista.

En la soledad de la nueva casa Jeliza-Rose sólo puede hablar con las cabezas de sus muñecas, hasta que conoce a sus vecinos, una pareja de hermanos donde el menor, retrasado mental, recorre la amplitud de los campos con un traje submarino y su hermana mayor presenta fuertes síntomas sicóticos y esquizofrénicos.

De esta forma Guilliam representa el poder de la imaginación infantil, casi sin límites y quizás bordeando el peligro y la locura.

El tema es que por momentos la película es tan “alucinatoria” que nos inunda de referencias, alegorías y representaciones haciéndonos perder un poco el eje y aburriendo bastante.
Igualmente no deja de ser recomendable e interesante de ver y discutir.


Por Matías Comicciolli.   

viernes, 17 de octubre de 2014

“The Place Beyond The Pines” de Derek Cianfrance

Claro que si veo que en la tapa de la película está Ryan Goslyn, no lo pienso ni un segundo y corro a verla. En este caso su cara se complementaba con la de Eva Mendes y Bradley Cooper. Chiquito a un costado se anuncia la participación de Ray Liotta, otra buena noticia. Y para colmo la dirección está a cargo de Derek Cianfrance, el mismo de “Blue Valentine”. Listo!!! Una bomba, no puede fallar.

Bien, no falla. Pero muchas veces la suma de las partes no alcanza a conformar un todo completo, atractivo y convincente. Los nombres forman un reparto excepcional y el buen gusto que nos dejó en la boca su anterior obra, le otorga mucho crédito a Cianfrance, que no entiendo bien por qué en “The Place Beyond The Pines” algo se le escapa. No llega a cerrar, se diluye o pretende algo que termina no reflejando.

La película tiene claramente tres capítulos que funcionan como diferentes secciones temporales. No voy a comentar como son encarados cada uno de ellos, ya que se perdería algo que sí está bien logrado y es la intriga y las preguntas sin contestar que nos van llevando, atrapando de una escena a la siguiente. De lo que hablo es de varias historias fuertes y con un alto grado emotivo, en donde las relaciones, y sobre todo las de padre e hijo, son el motor de la narración.

El nivel de Goslyn es otra vez destacable y maravilloso. Es ese tipo de actor que nos habla sin decir y sobre todo en películas de esta clase. Su papel se podría comparar con el de “Driver”, pero en este caso en lugar de auto maneja moto. Mendes (indiscutiblemente hermosa, desde y particularmente, la primera escena donde aparece) tiene un papel sobrio pero logrado, al igual que Bradley Cooper que si bien tiene más protagonismo no aporta nada destacable.  Ray Liotta en un papel menor, alcanza un alto nivel de aprovechamiento que sólo su experiencia y una buena dirección pueden alcanzar.

El film de Cianfrance es como que va de mayor a menor, con un excelente comienzo que incluye robos, violencia y persecuciones increíbles. Pero luego siento que se va desinflando y se pone pretenciosa en cuanto emociones y sentimientos. Por momentos también me pareció que se tomaron giros demasiado abruptos, a pesar que la película es de por si muy larga.


“The Place Beyond The Pines” o “Cruce de caminos”, según el título en castellano, está bien. Tal vez sus nombres me hicieron cargar de expectativas que luego no alcancé cubrir. Pero no por eso se debe dejar de ver.

Por Matías Comicciolli.

miércoles, 15 de octubre de 2014

“The perks of being a wallflower" de Stephen Chbosky.

Me resulta muy difícil hacer una breve síntesis para recomendar la película. Ya desde el título en castellano la cosa se pone compleja: quién miraría “Las ventajas de ser invisible”. Pienso en el momento en que me enfrente a algunos amigos y les diga: “es una película de adolescentes estadounidenses que van a la preparatoria y son como los excluidos del grupo y los que sufren las cargadas y los malos tratos del resto. Hay un huraño, un gay, una linda incomprendida, una punk y otra que ama los vampiros”. Inmediatamente mis amigos, o algunos de ellos, la tacharían de su lista (y dejarían de tenerme como referencia en cuanto recomendaciones)

Lo dicho no es mentira. En el film de Chbosky aparece todo lo que menciono, pero en sí no se trata de ese tipo de historias que ya vimos hasta el hartazgo. No es una comedia romántica adolescente a pesar que enunciada de esa manera sí lo parezca. Dejemos de lado por un momento los prejuicios y crean en estas líneas.

La historia está basada en la novela homónima del mismo tipo que la dirige. Y Cuenta la historia de Charlie (Logan Lerman) un joven que está por entrar a la secundaria y que debido a su forma de ser poco sociable sólo espera un sin fin de sufrimientos y penurias. Por lo menos esto pensaba hasta conocer a los hermanastros Patrick (Ezra Millar. El niño psicópata de‘We Need To Talk About Kevin’) y Sam con la siempre hermosa Emma Watson. Este grupo, con algún que otro integrante más, serán los marginados, los excluidos pero que igual logran divertirse organizando sus fiestas, sus shows, leyendo o escuchando bandas de rock alternativo.      

Estoy seguro que el film emociona en general, pero toca, en particular, algunas fibras sensibles si tu adolescencia transcurrió durante la década del 90, periodo en el que sucede la historia. Es imposible no crear empatía y sentirse identificado con ese joven que para expresar su silenciado amor graba directamente de la radio un casete con temas que le gustan a ella; o cuando discuten sobre la música de The Smiths, Nick Drake o escuchan en el pasacasete del auto “Heroes” de David Bowie. (Más que excelente escena. Para verla una y mil veces).

Todo esto junto a un relato muy bien contado (hay reflexiones de Charlie que pegan bastante duro) y a destacables actuaciones en general, hacen que los tópicos del genero se desvanezcan y logren una joyita muy disfrutable.


Por Matías Comicciolli.    

martes, 14 de octubre de 2014

“The Laramie Project” de Moisés Kaufman

Muchas veces es a suerte y verdad. De esta manera suelo despedir de un disparo el disco del DVD, o pulsar frenéticamente la tecla “Esc” para terminar de una vez lo que refleja la pantalla. Otras muchas, por suerte, logro dar en la tecla. Este es el caso de “The Laramie Project”.

No quiero caer en la denominación de “Falso Documental” (porque odio ese tipo de etiquetas como el de “No Ficción”), pero piensen en que la historia se desarrolla a partir de sucesivas entrevistas. El espectador va conociendo lo que pasó en el pequeño pueblo de Laramie, Wyoming (EE.UU) durante 1998, cundo un joven universitario fue brutalmente asesinado debido a su condición sexual. Podría hablar de lo que el film refleja y del mensaje ideológico que pretende reflejar en cuanto a la idiosincrasia e intolerancia racista de los estados unidos, pero eso está más que obvio y bien contado en la peli.  Me interesa más el cómo.

El director venezolano Moisés Kaufman no escatima en reflejar la violencia con que el joven Matthew Shepard fue apaleado y abandonado en un alambrado durante 18hs, por dos homófobos del pueblo. El tema es que en ningún momento se ve una sola imagen de golpes o sangre. Es a través de las entrevistas a los pobladores que se van armando las escenas mentales de lo que realmente pasó esa noche de 1998. Los acontecimientos continúan sucediendo basándose en más de 200 entrevistas, donde además se cuenta la  muerte en el hospital y el posterior juicio a sus asesinos. La película tiene un reparto de puta madre, tan amplio que voy a nombrar a los más reconocidos:  Laura Linney, Peter Fonda, Clea DuVall, Steve Buscemi, Christina Ricci, Janeane Garofalo y Joshua Jackson.

Aclaro que no es divertida, ni mucho menos para pasar el rato. “The Laramie Projet” es de esas películas que a uno lo incomoda, lo hacen mover del sillón y le hace notar la existencia de ese enano facho que todos llevamos.

También nos deja grabadas en la mente muchas imágenes que no vemos, pero que escuchamos a través de los actores que interpretan a los habitantes de Laramie. No pude dejar de pensar y ponerme en la piel del padre de  Matthew Shepard cuando explica como “el único lugar donde no tenia sangre era por donde sus lágrimas habían corrido”. Tremendo…


Por Matías Comicciolli.

viernes, 10 de octubre de 2014

“Starlet” de Sean Baker.

Esta es una de esas películas que considero hallazgos valiosos. No porque me haya metido a bucear entre lo más desconocido del cine independiente, sino porque para llegar a ella hay que nutrirse de ciertos medios que no son de los más convencionales. Además de eso hay que tener el arrojo o la disposición para sentarse a verla.

Se trata de una hermosísima (sin exagerar) joven, Jane, que además de dulce y carismática es actriz porno. Ella sin querer encuentra una importante suma de dinero dentro de un termo que le compró a una solitaria anciana, Sadie, quien funciona como la otra protagonista. Este dato es simplemente una excusa para desarrollar el vínculo que se crea entre estos dos personajes, a la vista tan disímiles e incompatibles.

Jane es interpretada por Dree Hemingway (nieta del escritor según leí) quien desarrolla un personaje y una actuación excelente, mientras que la octogenaria Sadie, está a cargo de la debutante Besedka Jonson. Sí, debuta con su primer papel en cine y no sólo lo hace bien sino que también se destaca más que satisfactoriamente con su trabajo. También merece una mención aparte el pequeño perro de Jane, quien además es el encargado de ponerle nombre a la película.

Con esta situación y estos personajes Baker nos muestra dos mundos que no tendrían que juntarse nunca, pero que la misma soledad se encargará de acercarlos. Creo que ese es el sentimiento que se subraya a lo largo del film. Estas dos mujeres con su aislamiento, sus preocupaciones y sus entornos no dejan de luchar contra una soledad que muchas veces no es necesariamente la falta de compañía.

Como toda buena película independiente el director se vale de mucha cámara en mano, pocos diálogos y música ocasional. Otras de las herramientas que es utilizada de manera formidable son el tono y la coloración con que se enmarca toda la película. La claridad del sol que ilumina las vidas de Jane y Sadie, otorga una calidez y una suavidad que choca de lleno con la realidad de cada una.

“Starlet” de Sean Baker es una película tierna, dulce y conmovedora, sin dejar de ser cruda, realista e impactante como bien da muestra la escena de sexo (casi) explícito que tienen Dree Hemingway con un actor porno. Tal vez innecesaria, tal vez no, discutible o chocante, pero sin dudas muy recordable… quizás como la película en sí misma.


Por Matías Comicciolli.   

jueves, 9 de octubre de 2014

“Sputnik, mi amor.” De Haruki Murakami.

“las personas son unos solitarios pedazos de metal en la negrura del espacio infinito que de repente se encuentran, se cruzan y se separan para siempre”.

Me escribió para contarme que había leído “Sputnik, mi amor”, y la curiosidad no me permitió esperar un segundo más. Corrí por él y en un poco menos de dos días lo terminé. Creanme; es mucho más intrigante que corto.

Después de leer el primer párrafo uno no se puede darse el lujo de abandonar semejante historia. Esas primeras palabras funcionan como un gran interrogante al cual debemos dar respuesta con el párrafo que sigue, y el que sigue, y el que sigue…

La novela de Murakami va de triángulo amoroso. Pero no de esos donde abunda la traición y el desengaño (a pesar de que los hay) sino de esos no correspondidos. Él (narrador) está perdidamente enamorado de ella, y ella con el tiempo descubre el amor en otra “ella”, y él decide resignarse pero nunca olvidarla.

De ahí se desprende un poco el extraño nombre satelital del libro. Los personajes se orbitan unos a otros. Se vinculan, se tratan, se conocen y se aman. Pero al mismo tiempo se desvinculan, se separan y se olvidan; haciendo de la historia un sentido homenaje a la soledad.

Esta abstracción se detalla de forma perfecta, mientras se pasea entre escenas íntimas, cotidianas, oníricas, fantásticas y ficticias. A partir de ellas es que uno logra emocionarse y querer a cada uno de estos personajes. Estoy seguro que quien lea el libro no podrá dejar de amar a Sumire; hasta que ella por su cuenta desaparezca de nuestras vidas “como el humo”.

Como siempre la música no es un detalle menor con el cual se puede dar un marco aún más completo (y complejo) a cada uno de los contextos que se describen. La lista  enumera desde Brahms y Mozart hasta temas populares de fines de los 60´s. Es un buen ejercicio marcar los pasajes donde se menciona alguna obra, (por lo menos es algo que yo hago) para después buscarlo y escucharlo (ventajas que nos da la Internet)

Al finalizar la historia no se pude evitar sentir un poco de tristeza y melancolía, más que nada por esa idea de separación y de soledad que recorre toda la novela y sobre todo por esas sutiles relaciones de amistad (¿?) que de ante mano están predestinadas a no continuar por más que uno las alargue y se esfuerce en que no caigan en un callejón sin salida.

Como corresponde agradecí la recomendación por escrito, con la única condición que no sea la última.

Por Matías Comicciolli.


martes, 7 de octubre de 2014

“Spider” de David Cronemberg.

Lo primero que se me ocurre es no recomendarla para un sábado a la noche. Mucho menos si lo que se quiere pasar es un buen rato. Tenemos una de esas películas difícil, de las que requieren de un esfuerzo permanente por parte del espectados. Desde la primera escena en la estación de tren, hasta la última, con la lluvia golpeando los cristales del auto, uno tiene/debe analizar, contextualizar, descifrar y armar cada una de las piezas del rompecabezas que Cronemberg nos pone delante de los ojos.

Esta es la historia de Spider, un hombre que sale de un psiquiátrico para alojarse en un hospicio donde el trato que le otorgan no es mucho mejor que el que recibía. Claro que la mochila que lleva sobre su espalda no le permitirá alcanzar una existencia del todo agradable. El personaje está netamente marcado por un sentimiento de culpa y un complejo de Edipo no resuelto. Nuestro trabajo será descubrir y lograr armar, como si fuese una ventana rota, los motivos de la esquizofrenia, paranoia y delirio del pobre Spider.

Un rompecabezas y un vidrio roto no son analogías elegidas al azar, ya que aparecen en el film y nos connotan el trabajo introspectivo de la cabeza del personaje relatando su propia historia. No hay un dialogo y mucho menos un voz en off, que se encargue de facilitarnos las cosas. Spider, está, existe y se encarga de contarse a sí mismo, a SU realidad. La cámara será la encargada de sujetarnos y llevarnos al interior de una mente perturbada y “desarmada”.

Impresionante la interpretación de  Ralph Fiennes en el papel protagónico, que sin exageraciones logra captar la atención desde el primer momento y se pone al hombro la carga interpretativa de una película que prácticamente carece de diálogos, pero que en ningún momento se la aprecia vacía de contenido y detalle. Para esto también es muy importante mencionar un entorno frío y lúgubre,  el cual se conjuga perfectamente con el agobio y malestar del desamparo que padece el personaje.


La película está basada en una novela publicada en 1990 por Patrick McGrath que a la vez se encargó de realizar la adaptación para cine. La mano del director y el trabajo con el personaje, junto a toda la metáfora en cuanto a la metamorfosis en la evolución desestructurada del relato, se ven, se notan y están encaradas de una manera excelente, lo cual hace de “Spider” una película pequeña, críptica, casi minimalista pero con un altísimo potencial de análisis y reflexión por quien se dispone a ingresar en ella.

Por Matías Comicciolli.

viernes, 3 de octubre de 2014

“SOUL KITCHEN” de Fatih Akin.

La película es especial para esas tardes aburridas de frío y lluvia. Como para completar el programa, sería muy bueno tener una ración importante de papas fritas, maníes, palitos salados y dos o tres cervecitas en la heladera. El director es un alemán con ascendencia turca, o un turco que vive en Alemania, quien ya tiene en su haber películas como “Al otro lado” y “Contra la pared”.

Pero esta vuelta la cosa viene de comedia y “Soul kitchen” es el mejor ejemplo de ello. El protagonista, Zinos, puede hacer una larga lista con todas las desventuras que está sufriendo tanto en el amor como en lo laboral. Como si esto fuese poco, además padece una hernia de disco que no le permite moverse con facilidad.

Es decir que: su novia se fue, su restaurante no camina, las deudas se amontonan, su hermano no lo ayuda y la salud no lo acompaña. Sin embargo el amor a la música soul y su constancia en el trabajo harán que encuentre un nuevo concepto en la cocina.

De esa manera “Soul Kitchen” comienza a crecer y a multiplicar comensales. Pero el amor vuelve a caer sobre nuestro personaje y hace que todo se vuelva un nuevo infierno. Pero como siempre, la solución está en el soul y en el grupo de personajes que orbitan la vida de Zinos.

Para cuando la película haya terminado, las dos cervezas se habrán vaciado y la picada será un recuerdo de platitos amontonados. En ese momento agradecerán la recomendación de “Soul Kitchen” del director Fatih Akin.


Por Matías Comicciolli. 

miércoles, 1 de octubre de 2014

“Side effects” de Steven Soderbergh.

La película llegó a mis manos por una recomendación especial. La tapa por sí sola no me dijo demasiado, pero cuando leí que su director era Soderbergh no tuve dudas que tenía que verla. Luego me enteré que aparentemente con este film, el director, se estaría despidiendo de la pantalla grande. Una pena ya que tenía en su haber películas muy buenas como  “Shame”, “Traffic” o “Che: El argentino”.

“Efectos secundarios”, tal cual el nombre en castellano, se puede definir como un thriller psicológico con una clara denuncia social y una historia “de amor”? que podría haber sido evitable.

La actriz Rooney Mara encarna el papel de Emily, una joven que al salir su esposo de la cárcel, cae en una profunda depresión e intenta suicidarse. Por esta razón su psiquiatra, el doctor Banck (Jude Law), comienza a recetarle una indiscriminada lista de medicamentos, los cuales provocan algunas consecuencias secundarias. Claro que Soderbergh no es ningún improvisado y se encargó de poner en la primera escena la semilla de la duda y la intriga con un departamento ensangrentado en piso y paredes.

Hasta aca el thriller psicológico. Mientras se cuenta y se detalla la adicción de Emily a los ansiolíticos se desprende de la historia la denuncia social debido al indiscriminado uso de psicofármacos por un alto porcentaje de la población estadounidense. El abandono, la soledad y la frustración se aplacan, se solucionan, con pastillas mágicas que levantan el ánimo. El directos plantea la pregunta desde el título ¿Quién se hace cargo de las consecuencias del consumo?

Lamentablemente en medio de todo este interesantísimo y atrapante relato, aparece una especie de romance que sólo sirve para generar un efecto de sorpresa en el desenlace y que en lugar de aportar a la trama creo que la trastoca y la disminuye.

Claro que ese giro argumental no significa que la película no sea buena y recomendable. Por el contrario, se deben destacar las excelentes actuaciones, sobre todo la de  Rooney Mara cuyo personaje va sufriendo una especie de metamorfosis con el correr de los minutos. Por otro lado, subrayo también la atmósfera tenue, con colores sutiles acompañada por imágenes lentas y borrosas como el efecto de un antidepresivo. Tal vez se abusa un poco del fuera de foco, pero la significación del mismo es más que interesante.


“Side effects” de Steven Soderbergh entretiene y no aburre, languidece un poco llegando al final pero el gusto que deja en boca es más que satisfactorio. Esperemos que contrariamente a lo publicado no sea la última.

Por Matías Comicciolli.